Por Balazs Koranyi
ZAGREB, 10 feb (Reuters) – El Banco Central Europeo necesita seguir subiendo los tipos después de marzo y debe mantenerlos en niveles elevados durante un tiempo, incluso cuando la inflación caiga y este “sacrificio” sea más difícil de explicar al público, declaró el responsable de política monetaria más reciente del BCE.
Tras haber subido los tipos tres puntos porcentuales desde julio, los responsables de política monetaria han empezado a preguntarse cuándo y dónde terminará el ciclo de endurecimiento más rápido de la historia del BCE, sobre todo teniendo en cuenta que la inflación está retrocediendo rápidamente desde máximos históricos.
Con todo, el gobernador del Banco Central de Croacia, Boris Vujcic, cuyo país se incorporó al euro el 1 de enero, afirma que la persistente inflación subyacente significa que es prematuro predecir el final de las subidas de tipos, y que el recorte previsto por los mercados para finales de año ni siquiera merece ser discutido.
Vujcic, economista de carrera, profesor universitario y jefe del banco central croata durante la última década, declaró a Reuters: “Es probable que veamos más subidas de tipos después de marzo y yo dejaría la cuestión del tipo terminal para más adelante”.
“Lo normal es mantener el tipo de interés durante algún tiempo, hasta que se tenga la certeza de que la inflación ha vuelto al nivel deseado”, declaró en una entrevista.
Vujcic, de 58 años, considerado un ‘halcón’ (partidario de un endurecimiento monetario) de la política monetaria, como la mayoría de los gobernadores del antiguo este comunista de Europa, ya ha asistido a las reuniones del BCE durante gran parte de 2022 y aún le queda año y medio de mandato.
Con unos precios de la energía muy por debajo de los máximos de 2022 y unas cadenas de suministro menos restrictivas, el BCE podría recortar sus propias previsiones de inflación el mes que viene, según Vujcic.
Y existe la posibilidad de que el crecimiento de los precios vuelva a situarse cerca del objetivo del BCE, del 2%, más rápidamente de lo previsto, añadió.
Sin embargo, esto no significa que el trabajo del BCE haya terminado, argumentó el croata.
“Existe la posibilidad de que la inflación general descienda al 2% mucho antes de lo previsto debido a diversos factores… (que) hacen que la cifra general descienda bruscamente, por debajo de la inflación subyacente”, afirmó Vujcic.
Pero el BCE necesita ver un descenso sostenido de la inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía, ya que esta cifra es un indicador más fiable de las presiones subyacentes sobre los precios y de la eficacia de la política monetaria.
El director del banco central neerlandés, Klaas Knot, también ha advertido de que la inflación general podría caer por debajo de los precios subyacentes.
Esto se debe a que la bajada de los precios del gas arrastrará la tasa general con bastante rapidez, mientras que la inflación subyacente se está mostrando inesperadamente obstinada debido a una serie de factores que van desde los salarios a los efectos secundarios de la inflación anterior sobre los precios.
El problema es que, mientras el público tiende a fijarse en la inflación general, el BCE tendrá que vigilar también los precios subyacentes, teniendo en cuenta que la fase final de recorte de la inflación puede ser la más difícil.
“En este caso, la política monetaria tiene que ser lo suficientemente restrictiva como para empujar la inflación subyacente a la baja, lo que no es una tarea fácil, ya que podría implicar un coeficiente de sacrificio relativamente alto”, dijo Vujcic.
Los economistas llaman coeficiente de sacrificio a la pérdida sufrida para lograr una reducción de la tasa de inflación a largo plazo.
Suele ser menor cuando la inflación está bajando desde niveles altos y suele aumentar en la “última milla” de la desinflación, cuando el crecimiento de los precios se acerca al objetivo.
“Tendríamos que explicar al público por qué mantenemos una política monetaria restrictiva si la inflación general ya se ha reducido”, dijo Vujcic.
Una posible buena noticia para el BCE es que la economía parece haber evitado lo peor de la recesión económica y las perspectivas de un aterrizaje suave han mejorado.
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(Reporte de Balazs Koranyi; Edición de Tomasz Janowski, editado en español por José Muñoz en la redacción de Gdansk)