Por Tassilo Hummel
PARÍS, 28 mar (Reuters) – Las autoridades francesas allanaron el martes las oficinas parisinas de cinco bancos, entre ellos Societe Generale, BNP Paribas y HSBC, bajo sospecha de fraude fiscal, en el marco de una amplia investigación europea sobre la elusión del pago de impuestos sobre dividendos.
Societe Generale confirmó los allanamientos, pero no quiso hacer más comentarios, y los demás bancos no respondieron inmediatamente.
La actuación de la fiscalía francesa es la más reciente contra bancos de todo el mundo en relación con la trama de fraude fiscal sobre los dividendos, ya que se han llevado a cabo investigaciones similares en Alemania y otros países europeos.
La fiscalía financiera señaló en un comunicado que la investigación estaba vinculada a la denominada quita de dividendos “cum-ex”, un esquema de negociación por el que bancos e inversores intercambian rápidamente acciones de empresas en torno al día de pago de sus dividendos.
El objetivo de esta práctica es difuminar la propiedad de las acciones y permitir que varias partes reclamen ilegalmente devoluciones de impuestos sobre los dividendos.
La fiscalía confirmó un informe anterior del diario Le Monde de que las búsquedas del martes también se habían dirigido a Exane, que forma parte de BNP Paribas, y Natixis, el banco de inversión del grupo bancario francés BPCE.
Un portavoz de la fiscalía financiera francesa dijo que era imposible dar una cifra exacta de la magnitud del fraude, pero afirmó que los bancos, en conjunto, se enfrentaban a una petición global de compensación de más de 1.000 millones de dólares, incluidas multas y pagos de intereses.
El caso más antiguo que se estaba investigando se remonta a 2014, y no era posible establecer cuándo había terminado la práctica.
En diciembre, un tribunal alemán condenó al abogado tributario Hanno Berger a ocho años de cárcel tras ser acusado de ser el cerebro de uno de los mayores fraudes de la posguerra en el país a través de una trama de quita de dividendos que, según algunas estimaciones, costó a los contribuyentes alemanes unos 10.000 millones de euros.
(Reporte adicional de Blandine Hénault y Sudip Kar-Gupta; Editado en español por Javier López de Lérida)