Por David W Cerny y Radovan Stoklasa
JESENIK/LITOVEL, Chequia, 16 sep (Reuters) – Los residentes de varias zonas de Polonia y República Checa se apresuraban a evacuar el lunes, mientras otros en Europa central empezaban a limpiar tras las peores inundaciones en más de dos décadas, que dejaron un rastro de destrucción y un creciente número de muertos.
Las zonas fronterizas entre República Checa y Polonia se vieron duramente afectadas durante el fin de semana por las fuertes lluvias caídas desde la semana pasada y la crecida del nivel del agua, que derrumbaron algunos puentes, obligaron a evacuar y dañaron automóviles y casas.
Al menos 14 personas han muerto en las inundaciones de los últimos días desde Austria hasta Rumanía.
El lunes, el embalse de Topola, en el sur de Polonia, se desbordó y el agua se precipitó hacia la localidad de Kozielno. Las autoridades locales dijeron que se evacuaría a los residentes de varias ciudades y pueblos cercanos.
En la ciudad checa de Ostrava, al noreste del país, la rotura de una barrera en el río Óder, en su confluencia con el también desbordado río Opava, provocó la inesperada inundación de la zona industrial de la ciudad, incluidas la planta química BorsodChem y la coquería OKK Koksovny, entre otras, así como de otras zonas residenciales de las que se estaba evacuando a cientos de personas.
En la ciudad checa de Litovel, que el lunes quedó sumergida en un 70% por aguas de hasta un metro de profundidad, los residentes describieron su miedo ante la rápida subida de las aguas durante el fin de semana.
“Tenía mucho, mucho miedo. (…) Salí corriendo porque el agua subía muy deprisa cerca de casa”, dijo Renata Gaborova, de 39 años.
CATÁSTROFE NATURAL
El Gobierno polaco anunció el estado de catástrofe natural en las zonas afectadas y dijo que había reservado 1.000 millones de eslotis (260 millones de dólares) para ayudar a las víctimas.
El primer ministro, Donald Tusk, dijo que estaba en contacto con los líderes de otros países afectados y que pedirían ayuda financiera a la Unión Europea.
Michal Piszko, alcalde de la ciudad polaca de Klodzko, junto a la frontera checa, dijo que las aguas habían retrocedido allí, pero que se necesitaba ayuda.
“Necesitamos agua embotellada y provisiones secas. (…) La mitad de la ciudad no tiene electricidad”, dijo a la radio polaca.
Las imágenes de televisión mostraban las calles de Klodzko llenas de escombros y barro. En la ciudad polaca de Nysa se evacuó un hospital y se llevaron en balsas a pacientes, entre ellos mujeres embarazadas y ancianos.
En Jesenik, una ciudad checa al otro lado de la frontera que se inundó el domingo, se inició una limpieza después de que las aguas retrocedieran para mostrar automóviles dañados y escombros en las calles.
“Había dos metros de agua que corrían por la calle. (…) Hay muchos, muchos automóviles destrozados”, dijo el residente Zdenek Kuzilek. “Los teléfonos no funcionan, no hay agua ni electricidad”.
En el este de Rumanía, donde pueblos y ciudades quedaron sumergidos durante el fin de semana, Emil Dragomir, alcalde de Slobozia Conachi, dijo a la televisión rumana que las inundaciones habían tenido un impacto devastador.
“Si estuvieras aquí llorarías al instante porque la gente está desesperada. (…) Hubo personas que se quedaron sólo con la ropa que llevaban puesta”, dijo.
PREPARACIÓN
Mientras el agua retrocedía en algunas zonas, otras reforzaban sus defensas ante las inundaciones que se avecinaban.
En Breslavia, en la región suroccidental de Silesia, el alcalde Jacek Sutryk dijo que la ciudad, de unos 600.000 habitantes, se estaba preparando para que el nivel del agua alcanzara su punto máximo el miércoles.
En Rumanía, las inundaciones mataron a seis personas el fin de semana. Un bombero austriaco murió el domingo. En el estado de Baja Austria, que rodea Viena, dos hombres de 70 y 80 años fueron encontrados ahogados en sus casas, dijo el lunes un portavoz de la policía.
La policía polaca informó de la muerte de cuatro personas como consecuencia de las inundaciones en Polonia, mientras que la agencia estatal de noticias PAP había informado anteriormente de cinco fallecimientos, y en República Checa murió una persona, según un responsable policial.
La capital eslovaca, Bratislava, y la capital húngara, Budapest, se preparaban para posibles inundaciones por la crecida del Danubio.
El ministro del Interior húngaro, Sandor Pinter, dijo que los esfuerzos se centraban en mantener el río y sus afluentes dentro de sus márgenes y afirmó que hasta 12.000 soldados estaban preparados para ayudar.
En Austria, el nivel de los ríos y embalses descendió durante la noche al amainar la lluvia, pero las autoridades dijeron que se preparaban para una segunda oleada, ya que se esperaban lluvias más intensas.
(1 dólar = 3,8398 eslotis)
(Reporte de Jason Hovet y Jan Lopatka en Praga, Pawel Florkiewicz y Anna Wlodarczak-Semczuk en Varsovia, Luiza Ilie en Bucarest, Gergely Szakacs y Krisztina Than en Budapest y Francois Murphy en Viena; escrito por Jason Hovet y Alan Charlish; edición de Angus MacSwan, Ros Russell y Sharon Singleton; editado en español por Javi West Larrañaga y Benjamín Mejías Valencia)