Por Manuel Ausloos y Antony Paone
PAIPORTA, España, 3 nov (Reuters) -Cientos de vecinos de un barrio de Valencia gravemente afectado por las mortales inundaciones de esta semana protestaron el domingo durante la visita de los reyes de España, Felipe y Letizia, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y algunos les arrojaron barro.
Al grito de “¡asesinos, asesinos!” descargaron su rabia contenida por lo que los residentes consideran como alertas tardías de las autoridades sobre los peligros de las inundaciones del martes, y una lenta respuesta posterior de los servicios de emergencia cuando se produjo el desastre.
“Se sabía y nadie hizo nada por evitarlo”, le dijo un joven al rey, que insistió en quedarse a hablar con la gente pese a la agitación, mientras el presidente se retiró con rapidez.
En un momento de la visita al afectado barrio de Paiporta, Felipe, vestido con una sencilla gabardina oscura, distinguible desde la distancia por su estatura y su pelo cano, sostuvo contra su hombro a un hombre que lloraba.
Imágenes en Internet mostraron a su esposa, Letizia, llorando mientras abrazaba a algunos residentes. Su pelo y su cara tenían restos de barro y uno de sus guardaespaldas tenía sangre en la cara, al parecer de un objeto arrojado. Antes, los guardaespaldas abrieron sus paraguas para intentar proteger a los miembros de la realeza.
El número de víctimas mortales dejado por las peores inundaciones repentinas de la historia moderna del país ascendió el domingo a 217, casi todas ellas en la Comunidad Valenciana y más de 60 sólo en Paiporta.
Algunos de los manifestantes del domingo llevaban ropa con los símbolos de organizaciones de extrema derecha que a menudo organizan protestas contra el gobierno izquierdista.
“No nos vamos a desviar pese a lo que pueda suceder con algunos violentos absolutamente marginales”, dijo Sánchez, refiriéndose a los incidentes y a la necesidad de reparar los daños causados por la riada. Varias fotos mostraron su auto oficial con los vidrios rotos tras los incidentes.
Mientras el monarca intentaba calmar los ánimos, también se refirió a los intentos de los agitadores de desestabilizar la situación. “Hay mucha intoxicación informativa y hay muchas personas interesadas en esto. ¿Para qué? Para que haya caos”, dijo en un momento a la multitud.
Cuando empezó a lloviznar, autos de policía con altavoces circularon por Valencia advirtiendo de la llegada de lluvias más intensas más tarde el domingo.
JUEGO DE CULPAS
El gobierno central ha dicho que emitir alertas a la población es responsabilidad de las autoridades regionales. Las autoridades valencianas aseguran que actuaron lo mejor que pudieron con la información de que disponían.
Decenas de personas están en paradero desconocido, mientras que unos 3.000 hogares siguen sin electricidad, según las autoridades.
Sánchez dijo el sábado que cualquier posible negligencia se investigará más adelante y pidió unidad política ante la tragedia.
Miles de soldados y policías adicionales se sumaron a las labores de socorro durante el fin de semana, en la mayor operación de este tipo llevada a cabo en España en tiempos de paz. Las inundaciones arrasaron calles y plantas bajas de edificios y arrastraron autos en mareas de lodo.
La tragedia es ya la peor catástrofe europea relacionada con inundaciones en un solo país desde 1967, cuando al menos unas 500 personas murieron en Portugal.
(Reporte adicional de Ana Cantero y Eva Mañez; escrito por Andrei Khalip; editado en español por Carlos Serrano)