Por Joe Cash
PEKÍN, 31 dic (Reuters) – La actividad manufacturera de China apenas creció en diciembre, aunque los servicios y la construcción se recuperaron, según mostró una encuesta oficial el martes, lo que sugiere que el estímulo político está llegando a algunos sectores, en un momento en que la economía se prepara para nuevos riesgos comerciales.
El índice de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés) de la Oficina Nacional de Estadística se ralentizó a 50,1 en diciembre desde el 50,3 del mes anterior, manteniéndose por encima de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción, pero por debajo del pronóstico medio de 50,3 de una encuesta de Reuters.
La economía china, de 18 billones de dólares, ha tratado de recuperarse de la pandemia en un contexto de consumo e inversión débiles y una prolongada crisis inmobiliaria. Sin embargo, los responsables políticos esperan que un reciente paquete de medidas fiscales y monetarias provoque un cambio de tendencia en el mercado inmobiliario, que ha lastrado a la economía en general.
La mejora de la demanda interna podría beneficiar a los fabricantes en medio de una ralentización económica mundial, lo que reduciría el impacto de los nuevos aranceles propuestos por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sobre los productos chinos.
“La peor parte del exceso de capacidad parece haber pasado y las empresas están recibiendo más pedidos”, dijo Xu Tianchen, economista de Economist Intelligence Unit. “Pero existe un riesgo alto de que la actividad vuelva a ralentizarse si el estímulo disminuye”.
“La conclusión es que el estímulo debe mantenerse”.
El subíndice de nuevos pedidos del PMI manufacturero subió a 51,0 este mes —un máximo de ocho meses—, frente al 50,8 de noviembre. Sin embargo, los subíndices de nuevos pedidos de exportación, empleo y precios de fábrica se mantuvieron en territorio negativo, según la NBS.
Los datos dispares de producción industrial y ventas minoristas de noviembre publicados a principios de este mes ponen de relieve lo difícil que será para Pekín organizar una recuperación económica duradera en 2025. Los asesores del Gobierno recomiendan que la economía mantenga un objetivo de crecimiento en torno al 5,0% el próximo año y que los responsables políticos intensifiquen los estímulos centrados en el consumo.
El PMI no manufacturero, que incluye la construcción y los servicios, subió a 52,2 este mes, tras ralentizarse a 50,0 en noviembre. El Banco Nacional de China atribuyó este repunte al crecimiento de los sectores de servicios financieros, telecomunicaciones y viajes.
Tras conocerse los datos, el índice chino CSI300 caía un 0,6%, mientras que el Hang Seng de Hong Kong subía un 0,35%.
Los analistas de Nomura advirtieron de que era demasiado pronto para saber si las medidas de apoyo, como el programa de intercambio de bienes de consumo y la relajación de las restricciones a la compra de propiedades, por ejemplo, habían sido suficientes para estabilizar la economía a largo plazo.
Trump ha prometido imponer un arancel del 10% a los productos chinos para obligar a Pekín a detener el tráfico de productos químicos de fabricación china utilizados en la producción de fentanilo. Durante su campaña también amenazó con imponer aranceles superiores al 60 % a los productos chinos, lo que supone un importante riesgo para el crecimiento del principal exportador mundial de bienes.
(Información de Joe Cash; edición de Jacqueline Wong; edición en español de Jorge Ollero Castela)