Por Andrew Mills, Nidal al-Mughrabi y Maayan Lubell
DOHA/EL CAIRO/JERUSALÉN, 14 ene (Reuters) -Los negociadores se reunían el martes en Qatar con la esperanza de ultimar los detalles de un plan para poner fin a la guerra en Gaza, después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, indicara que era inminente un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar, Majed Al-Ansari, declaró en una conferencia de prensa que las conversaciones sobre los últimos detalles estaban en marcha y que éste era el punto más cercano a un acuerdo alcanzado en los últimos meses.
Hamás afirmó que las conversaciones habían llegado a los últimos pasos y que esperaba que esta ronda de negociaciones desembocara en un acuerdo. Una fuente palestina cercana a las conversaciones dijo a Reuters que esperaba que el acuerdo se cerrara el martes si “todo va bien”.
Un funcionario israelí afirmó que las conversaciones habían alcanzado una fase crítica, aunque aún quedaban algunos detalles por concretar: “Estamos cerca, pero aún no hemos llegado”.
Los mediadores qataríes entregaron el lunes a Israel y Hamás un borrador final de un texto para un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes, dijo un funcionario informado sobre las negociaciones, tras lo que describió como un gran avance a medianoche en las conversaciones en Doha.
Steve Witkoff, enviado del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a Oriente Medio y Brett McGurk, enviado de Biden, han asistido a las conversaciones organizadas por el primer ministro de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani. Israel está representado por David Barnea, director del servicio de espionaje Mossad, y Ronen Bar, director de la agencia de seguridad interna Shin Bet.
“El acuerdo (…) liberaría a los rehenes, detendría los combates, proporcionaría seguridad a Israel y nos permitiría aumentar significativamente la ayuda humanitaria a los palestinos que sufrieron terriblemente en esta guerra que inició Hamás”, declaró Biden el lunes.
Si tiene éxito, el alto el fuego escalonado —que culmina más de un año de conversaciones intermitentes— podría poner fin a combates que han dejado Gaza en ruinas, han matado a decenas de miles de palestinos, han dejado sin hogar a la mayor parte de la población de Gaza y siguen matando a decenas de personas cada día.
Esto, a su vez, podría aliviar las tensiones en Oriente Medio, donde la guerra ha avivado los conflictos en Cisjordania, Líbano, Siria, Yemen e Irak, y ha hecho temer una guerra total entre Israel e Irán.
Israel recuperaría a los rehenes de entre el centenar que aún permanecen en cautiverio desde los atentados de octubre de 2023 perpetrados por Hamás que precipitaron la guerra, a cambio de liberar a los detenidos palestinos.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo que la pelota estaba en el lado de Hamás. Está previsto que presente un plan de posguerra para Gaza el martes, informó Axios.
Según un funcionario israelí, en la primera fase del acuerdo se liberarían 33 rehenes, entre ellos niños, mujeres —incluidas algunas soldados—, hombres mayores de 50 años y heridos y enfermos. Israel retiraría gradual y parcialmente algunas de sus fuerzas.
La fuente palestina dijo que Israel liberaría a 1.000 prisioneros palestinos durante la primera fase, que duraría 60 días.
SIGUEN LOS COMBATES
Israel lanzó su asalto en Gaza después de que combatientes liderados por Hamás irrumpieran a través de sus fronteras el 7 de octubre de 2023, matando a 1.200 personas y tomando más de 250 rehenes, según los recuentos israelíes, rompiendo el mito de que el país es invencible.
Desde entonces, las fuerzas israelíes han matado a más de 46.000 palestinos en Gaza, según las autoridades sanitarias palestinas.
Hasta ahora sólo se ha celebrado un alto el fuego, de una sola semana de duración, en noviembre de 2023, durante el cual alrededor de la mitad de los rehenes, entre ellos la mayoría mujeres, niños y trabajadores extranjeros, fueron liberados a cambio de detenidos palestinos.
Ambas partes llevan meses comprometidas en principio con la posibilidad de un alto el fuego y un canje de rehenes por detenidos. Pero todas las conversaciones anteriores fracasaron sobre los pasos a seguir, ya que Hamás rechazó cualquier acuerdo que no pusiera fin a la guerra mientras que Israel afirmó que no pondría fin a la guerra hasta que Hamás fuera desmantelada.
Mientras tanto, los combates se han recrudecido, centrándose en los últimos meses en el extremo norte de Gaza, donde Israel afirma que sus fuerzas tratan de impedir que Hamás se reagrupe y los palestinos afirman que los israelíes intentan despoblar permanentemente una zona de seguridad. Los ataques israelíes nocturnos han continuado en todo el enclave.
Las autoridades sanitarias de Gaza afirmaron el martes que los ataques israelíes mataron al menos a 27 palestinos en el último día, entre ellos un periodista gazatí. Uno de esos ataques mató a 10 personas en una casa de Jan Yunis, al sur del enclave. Otro mató a nueve personas en un campamento de tiendas de campaña en Deir Al-Balah, en el centro de Gaza.
El ejército israelí no hizo ningún comentario inmediato.
La toma de posesión de Trump el 20 de enero se considera ahora un plazo de facto para un acuerdo de alto el fuego. Trump ha dicho que se desataría un “infierno” a menos que los rehenes en manos de Hamás sean liberados antes de su toma de posesión, mientras que Biden también ha pedido un impulso final para un acuerdo antes de irse.
Según Blinken, los negociadores querían asegurarse de que Trump seguiría respaldando el acuerdo sobre la mesa, por lo que la presencia de Witkoff, enviado de Trump para Oriente Medio, junto a funcionarios de la Administración Biden era “fundamental”.
(Información de Andrew Mills en Doha, Nidal Al Mughrabi en El Cairo y Maayan Lubell en Jerusalén; escrito por Michael Georgy; editado por Michael Perry, Bernadette Baum y Peter Graff; editado en español por Jorge Ollero y Natalia Ramos)
