Por Balazs Koranyi y Francesco Canepa
FRÁNCFORT, 21 ene (Reuters) – Es probable que los responsables de política monetaria del Banco Central Europeo respiren aliviados porque el nuevo Gobierno estadounidense no ha impuesto los aranceles comerciales generales que algunos temían y una bajada de tipos la semana que viene parece ya un hecho.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se abstuvo el lunes de imponer barreras comerciales en su primer día en el cargo e incluso sus amenazas se mantuvieron alejadas de Europa, lo que hizo subir el euro, arrastró a la baja los precios del petróleo, redujo los rendimientos y afianzó las apuestas a que el BCE puede seguir recortando los tipos.
En las últimas semanas, los inversores financieros han estado descartando las bajadas de tipos del BCE por temor a que la fortaleza del dólar, el aumento de los costes de la energía y las medidas comerciales de represalia de la UE hicieran subir la inflación, lo que supondría un nuevo revés para los esfuerzos del banco por volver a situar el crecimiento de los precios en el 2%.
Los inversores se habían preparado para el peor resultado posible, incluido el anuncio de aranceles universales, y se sintieron aliviados a pesar de que la retórica se centró sobre todo en México, Canadá y China.
“La mayoría de los comentarios estaban relacionados con la política de ‘EEUU Primero’, pero los comentarios iniciales parecen mejores de lo que temía el mercado”, dijo Mohit Kumar, de Jefferies.
“Nuestra opinión sigue siendo que el BCE recortará —en 25 puntos básicos cada uno— en enero y marzo”, dijo Kumar. “Luego, si los datos se ajustan a las expectativas, podríamos ver un salto para la reunión de abril, con el siguiente recorte en junio”.
Los inversores ya dan por descontados cuatro recortes de tipos por parte del BCE este año, lo que supone un cambio con respecto a los últimos días, en los que una cuarta medida se consideraba muy incierta.
El incesante repunte del dólar desde las elecciones estadounidenses de noviembre explica que las apuestas del mercado se hayan movido tanto, ya que la fortaleza de la divisa corre el riesgo de impulsar la inflación europea, sobre todo porque la energía se cotiza en dólares y las variaciones del tipo de cambio se reflejan inmediatamente en los costes de los hogares.
El índice del dólar ha bajado un 1,3% desde sus máximos de la semana pasada y puede que aún no haya tocado fondo.
“El dólar puede corregir un poco más”, afirma ING en una nota. “No podemos descartar una extensión a corto plazo cuando los mercados financieros estadounidenses reabran completamente el martes, pero esto parece más un revés temporal para los alcistas del dólar”.
(Información de Balazs Koranyi; edición de Christina Fincher; edición en español de Mireia Merino)