BEIRUT, 8 feb (Reuters) – Líbano formó un nuevo Gobierno el sábado, tras una intervención inusualmente directa de Estados Unidos en el proceso y en un paso destinado a acercar al país al acceso a los fondos de reconstrucción tras una devastadora guerra entre Israel y Hezbolá.
En declaraciones a la prensa en el palacio presidencial, el nuevo primer ministro Nawaf Salam declaró que el gabinete de 24 miembros daría prioridad a las reformas financieras, la reconstrucción y la aplicación de una resolución de las Naciones Unidas considerada piedra angular de la estabilidad en la frontera libanesa con Israel.
El anuncio se produjo tras más de tres semanas de conversaciones con partidos políticos rivales en Líbano -donde los cargos gubernamentales se reparten según la secta- y días de estancamiento en torno a los ministros musulmanes chiíes, normalmente nombrados por Hezbolá, respaldado por Irán, y su aliado chií Amal.
Pero Washington se ha opuesto a la influencia de Hezbolá en el nuevo Gobierno.
El enviado adjunto de Estados Unidos para Oriente Medio, Morgan Ortagus, declaró el viernes que Estados Unidos consideraba una “línea roja” la participación de Hezbolá en el nuevo gabinete y agradeció a Israel haber asestado golpes devastadores al grupo, en una polémica declaración que desató protestas en Líbano.
Pero al final, el aliado de Hezbolá, Amal, dirigido por el presidente del Parlamento, Nabih Berri, pudo elegir a cuatro de los miembros del nuevo gabinete, entre ellos el ministro de Finanzas, Yassin Jaber, y dar su visto bueno a un quinto.
El gabinete se encargará ahora de redactar una declaración política -un esbozo general del enfoque y las prioridades del nuevo Gobierno- y necesitará el voto de confianza del Parlamento libanés para obtener plenos poderes.
El presidente libanés, Joseph Aoun, que contaba con el respaldo de Estados Unidos como comandante del ejército, fue elegido presidente el 9 de enero y designó a Salam para formar un nuevo Gobierno días después. Salam había estado desempeñando el cargo de presidente del Tribunal Internacional de Justicia.
El nombramiento de Salam fue la última señal de un drástico cambio en el equilibrio de poder en Líbano, tras los duros golpes asestados por Israel a Hezbolá, el derrocamiento en diciembre de Bashar al-Assad, aliado sirio de Hezbolá, y la elección de Aoun el mes pasado.
(Reporte de Maya Gebeily y Laila Bassam en Beirut. Redacción de Nayera Abdallah en Dubai y Menna AlaaElDin en El Cairo. Editado en español por Héctor Espinoza)