Por Humeyra Pamuk y Pesha Magid
RIAD, 18 feb (Reuters) -Funcionarios estadounidenses y rusos se reunieron el martes en Riad para sus primeras conversaciones sobre el fin de la guerra en Ucrania, mientras Kiev y sus aliados europeos observaban ansiosos desde fuera, y Moscú planteó una nueva exigencia: que la OTAN reniegue formalmente de una promesa de adhesión que hizo a Ucrania en 2008.
Las conversaciones en la capital saudí destacaron el urgente esfuerzo de Estados Unidos para detener el conflicto, menos de un mes después de que el presidente Donald Trump asumió el cargo y seis días después de que habló por teléfono con el presidente ruso Vladimir Putin.
A Ucrania y a los líderes europeos les preocupa que Trump llegue a un acuerdo precipitado con Moscú que ignore sus intereses de seguridad, recompense a Rusia por invadir a su vecino y deje a Putin en libertad de amenazar a Ucrania o a otros países en el futuro.
Trump ha sido criticado porque, dicen, ha hecho grandes concesiones por adelantado, como descartar el ingreso de Ucrania a la OTAN y sostener que el deseo de Kiev de recuperar todo el territorio perdido es una ilusión. Los funcionarios estadounidenses dicen que simplemente están reconociendo la realidad.
Ucrania dice que no se puede llegar a un acuerdo de paz en su nombre. “Nosotros, como país soberano, sencillamente no podremos aceptar ningún acuerdo sin nosotros”, dijo la semana pasada el presidente Volodímir Zelenski.
Horas después del comienzo de la reunión de Riad, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, dijo a la prensa en Moscú que “no basta” con que la OTAN no admita a Ucrania como miembro.
La alianza, agregó, debe ir más allá y renegar de la promesa que hizo a Kiev en una cumbre en Bucarest en 2008 de que se uniría en el futuro.
“De lo contrario, este problema seguirá envenenando la atmósfera del continente europeo”, dijo. No hubo respuesta inmediata de los miembros de la OTAN ni de Estados Unidos.
En Riad, tres funcionarios estadounidenses en su primer mes de trabajo -el secretario de Estado Marco Rubio, el asesor de seguridad nacional Mike Waltz y el enviado de Trump a Oriente Medio Steve Witkoff- se alinearon frente a dos veteranos de la diplomacia rusa: el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, que está en el cargo desde 2004, y el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, consejero de política exterior de Putin desde 2012.
Se permitió a los medios filmar a las dos delegaciones, sentadas en lados opuestos de una mesa de madera pulida con grandes arreglos florales blancos.
Los funcionarios ignoraron las preguntas a gritos de los periodistas a los estadounidenses de si estaban dejando de lado a los ucranianos y qué concesiones exigía Washington a Moscú.
RUSIA Y EEUU DESCONGELAN RELACIONES
Rusia lanzó una invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, ocho años después de apoderarse de Crimea y fomentar una insurgencia en el este del país. Ahora controla alrededor de una quinta parte del país.
Trump se presentó a las elecciones presidenciales del año pasado con la repetida promesa de poner fin al conflicto en 24 horas, aunque ahora sus funcionarios admiten que tomará meses. Ha calificado la guerra de “ridícula” y ha dicho que está “destruyendo” a Rusia.
Moscú, sin embargo, se ha mostrado cada vez más confiado en los últimos meses, ya que sus tropas han avanzado al ritmo más rápido desde 2022 y las propuestas de Trump han puesto fin a su aislamiento casi total de Occidente. Bajo el mandato del predecesor de Trump, Joe Biden, el Kremlin había descrito las relaciones como “bajo cero”.
Funcionarios estadounidenses calificaron las conversaciones del martes como una primera toma de contacto para determinar si Moscú se toma en serio el fin de la guerra, después de que Putin y Trump hablaran el pasado miércoles.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo a periodistas el martes que “el presidente Putin ha estado repitiendo sus palabras sobre su disposición a las conversaciones de paz desde el principio”.
Sin embargo, también dijo que cualquier acuerdo con Ucrania tendría que tener en cuenta un posible desafío a la legitimidad de Zelenski, que ha permanecido en el poder más allá del final de su mandato normal porque Ucrania está bajo la ley marcial.
El Kremlin había sugerido que las conversaciones abarcarían “todo el complejo de las relaciones ruso-estadounidenses”.
Putin y Trump han dicho que, aparte de la guerra, están dispuestos a debatir cuestiones como el control de las armas nucleares y la forma de reducir los precios mundiales de la energía.
Bajo el mandato de Biden, Estados Unidos proporcionó armas y ayuda por valor de decenas de miles de millones de dólares a Ucrania y se unió a otros Gobiernos occidentales para imponer oleadas de sanciones a Rusia.
Moscú dice que ha resistido a las sanciones y que éstas se han cebado con quienes las impusieron.
“Las empresas estadounidenses perdieron alrededor de 300.000 millones de dólares por abandonar Rusia. Así que hay un enorme peaje económico en muchos países por, ya saben, lo que está sucediendo ahora”, dijo Kirill Dmitriev, el jefe del fondo soberano de Rusia, a los periodistas en Riad.
Según Rusia, Lavrov y Rubio hablaron el sábado por teléfono sobre la eliminación de las barreras al comercio y la inversión.
EUROPA BUSCA MANTENER SU INFLUENCIA
Todavía no está claro cómo Europa se comprometerá con Washington después de que Trump sorprendió a Ucrania y a los aliados europeos al sacar a Putin del ostracismo.
Los líderes europeos, reunidos de urgencia el lunes, pidieron un aumento del gasto para reforzar las capacidades de defensa del continente, pero se mostraron divididos sobre la idea de desplegar fuerzas de paz en Ucrania.
Los líderes también acordaron que sería peligroso concluir un alto el fuego en Ucrania sin un acuerdo de paz al mismo tiempo, y que estaban dispuestos a proporcionar garantías de seguridad a Ucrania “dependiendo del nivel de apoyo estadounidense”, dijo un funcionario europeo.
El primer ministro británico, Keir Starmer, quien señaló antes de la reunión que estaba dispuesto a enviar tropas de mantenimiento de la paz, dijo el lunes que debe haber un “respaldo” de seguridad de Estados Unidos para que los países europeos pongan soldados en el terreno.
Keith Kellogg, enviado de Trump a Ucrania, dijo que visitaría Ucrania el miércoles y se le preguntó si Estados Unidos proporcionaría una garantía de seguridad para cualquier fuerza de paz europea.
“He estado con el presidente Trump y la política siempre ha sido: No se quita ninguna opción de la mesa”, dijo.
(Reporte de Humeyra Pamuk; redacción de Simon Lewis, Michael Georgy y Lidia Kelly; edición en español de Javier López de Lérida)