Por Luis Jaime Acosta
BOGOTÁ, 19 feb (Reuters) – El presidente de Colombia, Gustavo Petro, nombró el miércoles al general de la Fuerza Aérea Pedro Sánchez como su nuevo ministro de Defensa, en medio de la reorganización de su equipo de Gobierno para poner fin a una división y hacer frente a la recta final de su administración, que concluye en agosto del 2026.
Es la primera vez en más de tres décadas que un presidente nombra a un militar como ministro de Defensa. Desde 1991 ese cargo venía siendo ocupado por civiles, en su mayoría políticos.
“Lo que he pensado, espero no equivocarme, es que el ministro de Defensa sea un general de la República. He querido que el próximo ministro de Defensa, lo he conversado con la cúpula en su reflexión, sea el general Pedro Sánchez”, dijo Petro al participar en una cumbre de gobernadores.
El oficial remplazará a Iván Velásquez, quien renunció en la ola de dimisiones de funcionarios cercanos a Petro por una crisis y una división al interior del equipo de Gobierno, que quedó en evidencia en un concejo de ministros transmitido por televisión originada en el nombramiento de Armando Benedetti como jefe del despacho y de Laura Sarabia como canciller.
Funcionarios cercanos a Petro aseguraron públicamente que Benedetti y Sarabia no hacían parte del proyecto político con el que el mandatario ganó las elecciones en 2022 y que les incomodaba su presencia en el gabinete.
Sánchez lideró el Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares y estuvo al frente de la misión que permitió rescatar vivos a cuatro niños indígenas en las selvas del sureste de Colombia, 39 días después de que el pequeño avión monomotor en el que viajaban se precipitó a tierra.
El nuevo ministro de Defensa tendrá el reto de recuperar la seguridad urbana y en zonas rurales en medio la expansión territorial de grupos armados ilegales como las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional, las disidencias de las FARC y la banda criminal del Clan del Golfo.
Además, tendrá el desafío de liderar la lucha contra el narcotráfico y la extracción ilícita de oro, consideradas como las principales fuentes de financiación de los grupos armados ilegales que intervienen en un conflicto interno de seis décadas que ha dejado más de 450.000 muertos.
(Reporte de Luis Jaime Acosta, editado por Nelson Bocanegra)