Por Olivia Le Poidevin
GINEBRA, 7 mar (Reuters) – El conflicto en Congo ha provocado la huida de 63.000 refugiados al vecino Burundi, la mayor afluencia de refugiados de este tipo en décadas. Las condiciones son terribles en un estadio abarrotado y muchos están atrapados en campamentos al aire libre, según informó el viernes la ONU.
Unos 45.000 desplazados se refugian en un estadio al aire libre abarrotado en Rugombo, a pocos kilómetros de la frontera con República Democrática del Congo, donde se enfrentan el ejército congoleño y el grupo rebelde M23.
“La situación es absolutamente desesperada. Las condiciones son extremadamente duras”, dijo a la prensa en Ginebra Faith Kasina, portavoz regional para el Este y el Cuerno de África y los Grandes Lagos.
“El estadio está literalmente a reventar y no hay espacio adicional para refugiarse”.
Se dice que las condiciones sanitarias dentro del estadio son deficientes, con solo 10 o 15 puestos de letrinas para decenas de miles de personas. Muchas familias se están viendo obligadas a acampar en campos abiertos cercanos, según la agencia.
“Las cifras siguen aumentando, es una carrera contrarreloj para intentar salvar vidas”, dijo Kasina, y añadió que las necesidades están superando rápidamente la ayuda proporcionada.
Entre los refugiados hay un gran número de niños no acompañados separados de sus familias, según la agencia.
El 21 de febrero, ACNUR dijo en una rueda de prensa en Ginebra que intentaría trasladar a las personas del estadio. Sin embargo, los problemas logísticos hacen que se tarde entre seis y ocho horas en trasladar a un gran número de personas al centro de refugiados de Musenyi, en el sur de Burundi. Según la agencia, el centro, que puede acoger a 10.000 personas, está ahora al 60% de su capacidad.
La agencia ha instado a los países a que contribuyan a su llamamiento de emergencia de 40,4 millones de dólares para ayuda vital para apoyar la posible afluencia de 258.000 refugiados a Burundi, Tanzania y Zambia.
El avance del M23 es la escalada más grave en más de una década del largo conflicto en el este de Congo, que viene de la extensión del genocidio de Ruanda de 1994 a Congo y por la lucha por el control de los vastos recursos minerales de Congo.
Ruanda rechaza las acusaciones de Congo, las Naciones Unidas y las potencias occidentales de que apoya al M23 con armas y soldados. Afirma que se está defendiendo de la amenaza de una milicia hutu que, según ella, lucha con el ejército congoleño.
Burundi tiene soldados en el este de Congo desde hace años, en un principio para perseguir a los rebeldes burundeses y, más recientemente, para ayudar en la lucha contra el M23.
(Información de Olivia Le Poidevin; edición de Miranda Murray, William Maclean; edición en español de María Bayarri Cárdenas)