Por Jarrett Renshaw y Ernest Scheyder
WASHINGTON, 21 mar (Reuters) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, invocó el jueves poderes de emergencia para impulsar la producción nacional de minerales críticos utilizados ampliamente en la economía, como parte de un amplio esfuerzo para contrarrestar el control casi total del sector por parte de China.
La medida es la más reciente de Trump para aumentar la producción de energía y minerales de EEUU y surge en un momento de escalada del conflicto comercial con China, Canadá y otros grandes productores de minerales que abastecen a los fabricantes estadounidenses.
El litio, el níquel y otros minerales críticos se utilizan en muchos productos electrónicos y se espera que la demanda aumente en los próximos años para la producción de baterías de vehículos eléctricos. China es el mayor productor o procesador mundial de muchos minerales críticos.
Trump firmó un decreto que aprovecha la Ley de Producción de Defensa (DPA, por sus siglas en inglés) de la época de la Guerra Fría como parte de un esfuerzo para proporcionar financiación, préstamos y otras ayudas a la inversión para procesar a nivel nacional una serie de minerales críticos.
La DPA concede al Pentágono un amplio margen para adquirir los equipos necesarios para la defensa nacional. Su invocación declara esencialmente que depender de países rivales para obtener minerales críticos constituye una amenaza para la seguridad nacional.
«Estados Unidos fue en su día el mayor productor mundial de minerales lucrativos, pero la abrumadora regulación federal ha erosionado la producción mineral de nuestra nación», dijo el presidente en el decreto.
El decreto ordena a las agencias federales que creen una lista de minas estadounidenses que puedan ser aprobadas rápidamente, así como de los terrenos federales, incluidas las controladas por el Pentágono, que podrían utilizarse para el procesamiento de minerales.
En la actualidad, Estados Unidos produce muy poco litio y níquel. Su única mina de cobalto cerró el año pasado debido a la intensa competencia china. Estados Unidos tiene varias minas de cobre, pero sólo dos fundiciones para procesar el metal rojo y convertirlo en tubos, cables y otros componentes. Estados Unidos sólo tiene una mina de tierras raras, que se utilizan para fabricar imanes que convierten la energía en movimiento.
A finales del año pasado, Pekín impuso una prohibición total a las exportaciones de galio, germanio y antimonio a Estados Unidos, lo que provocó que los fabricantes estadounidenses se apresuraran a buscar suministros alternativos de esos materiales especializados, pero vitales.
(Información de Jarrett Renshaw, Ernest Scheyder y Jeff Mason; escrito por Jasper Ward; edición de Ryan Patrick Jones, Sandra Maler y Leslie Adler; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)