BUENOS AIRES, 24 mar (Reuters) – Cientos de miles de argentinos se movilizaron el lunes en distintos puntos del país para rememorar las consecuencias del último golpe militar, al conmemorarse 49 años del inicio de una de las etapas más oscuras de la nación sudamericana.
El impasse en la democracia argentina, que duro casi ocho años (1976-1983), es recordado por el dolor que tuvo que afrontar el pueblo debido a los desaparecidos, la represión y las tortura durante ese período, denunciadas e investigadas con el tiempo.
La principal concentración fue frente a la mítica Casa Rosada, sede del Ejecutivo Nacional, y la encabezaron las históricas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, con el apoyo de diferentes agrupaciones, gremios, organismos de Derechos Humanos y familias argentinas.
“Es importante que sigamos viniendo porque (tenemos que mantener) la memoria, que la gente no se olvide”, expresó Sergio Albamonte, químico de 63 años que acudió a la marcha.
“Aunque este Gobierno (actual) quiere hacer olvidar (a la gente), hablar otra vez de la guerra, de los bandos, que es mentira, es importante que estemos y que la juventud aprenda todo esto y que no se olvide”, añadió.
Distintos organismos estiman que en la dictadura hasta 30.000 personas fueron secuestradas, torturadas y asesinadas en la nación austral, donde la gran mayoría fueron opositores, sindicalistas o estudiantes.
Por su parte, el Gobierno del presidente liberal Javier Milei, publicó a primera hora del feriado un video en la red social X titulado “Día de la Memoria, por la Verdad y Justicia. Completa”, lo que generó reacciones diversas a favor y en contra.
Mediante el vocero presidencial, Manuel Adorni, se informó la decisión de desclasificar los archivos en poder de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) vinculados a las actividades militares y guerrilleras entre 1976 y 1983, entre otras medidas.
“Esta administración sostiene que lo que ocurrió en el pasado debe permanecer en los archivos de la historia, no en la SIDE”, expresó el comunicado.
(Reporte de Miguel Lo Biancho y Hernán Nessi; Editado por Jorge Otaola)