Por Alexander Villegas
VALPARAÍSO, Chile, 25 mar (Reuters) – Manifestantes generaron caos el martes en las afueras del Congreso chileno en Valparaíso luego de que una comisión del Senado postergó votar una controvertida ley de pesca, que busca redistribuir cuotas entre pescadores artesanales e industriales.
Al menos un policía resultó herido y varias personas fueron detenidas después de que los manifestantes derribaron una barrera que rodeaba el edificio e intentaron entrar al recinto antes de ser repelidos con gases lacrimógenos, camiones lanza-agua y policías antidisturbios.
Imágenes de Reuters mostraron enormes vehículos blindados de la policía rociando agua a los manifestantes, algunos portando la bandera chilena.
Más temprano, unos miles de pescadores con pancartas como “El mar no se vende” se reunieron en los muelles de Valparaíso para marchar hacia la sede legislativa en rechazo al proyecto de ley que, según ellos, favorece a unas pocas empresas industriales.
Hugo Poblete, líder sindical de los pescadores de la localidad central de Quintero, fue uno de los cientos de pescadores reunidos afuera del edificio para observar en una pantalla gigante cómo la comisión de Hacienda del Senado debatía la nueva norma.
Los porcentajes “se cambiaron en la Comisión de Pesca del Senado y eso es lo que nos tiene muy molestos porque no se respetó en la discusión que estuvo por más de un año en la Comisión en la Cámara de Diputados”, señaló Poblete.
Agregó que los artesanales habían logrado un porcentaje beneficioso cuando el texto fue aprobado en la Cámara de Diputados, incluyendo el 70% para la merluza y el 90% para la jibia (calamar gigante), las dos especies más importantes.
Esta proporción se ha reducido a medida que el proyecto avanzaba en el Senado, lo que provocó el llamado a protestar. El martes por la tarde, la comisión del Senado acordó posponer la votación y continuar el debate, lo que llevó a los manifestantes a lanzar piedras y botellas a la policía frente al Congreso.
Sonapesca, la organización que agrupa a las pesqueras industriales más grandes del país, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Mientras el debate continúa el miércoles, la ley podría enfrentar más retrasos y obstáculos legislativos antes de su promulgación.
Los pescadores artesanales afirmaron que seguirán luchando por lo que consideran derechos de pesca equitativos, ya que sienten que su forma de vida se extingue.
“Nos perjudica a todos, no solamente los pescadores de Lebu sino a toda la gente que está relacionada con el mar”, dijo Susana Olea, de 55 años, quien ha trabajado como pescadora artesanal desde niña y ayuda a los pescadores a preparar carnada en el pueblo pesquero sureño.
“En un bote pueden trabajar cuatro o cinco personas, pero pueden tener 10 o 15 encarnadores, más dos personas que le hacen los acarreos”, detalló.
Olea indicó que los pescadores artesanales han visto reducidas las zonas donde pueden pescar y le gustaría que la jibia fuera declarada 100% para pescadores artesanales para ayudar a reactivar el sector.
(Reporte de Alexander Villegas)
