Por Shoon Naing y Wa Lone
29 mar (Reuters) – Cuando el fuerte terremoto sacudió el viernes el centro de Myanmar, Htet Min Oo estaba realizando abluciones rituales antes de las oraciones del Ramadán en una mezquita próxima a su casa en Mandalay.
Su casa se derrumbó junto con parte de la mezquita, atrapando la mitad de su cuerpo entre los escombros de un muro que sepultó a dos de sus tías. Los vecinos corrieron a sacarlas, pero sólo una sobrevivió.
Htet Min Oo, de 25 años, dijo que dos tíos y su abuela también quedaron atrapados bajo montones de hormigón. Al no disponer de maquinaria pesada, intentó desesperadamente retirar los escombros con las manos, pero no pudo hacerlo.
“No sé si siguen vivos bajo los escombros. Después de tanto tiempo, no creo que haya esperanza”, dijo el viernes. “Hay demasiados escombros y ningún equipo de rescate ha venido a por nosotros”, añadió con la voz temblorosa, rompiendo a llorar.
Se teme que cientos de musulmanes estén entre los muertos en Myanmar después de que el sismo golpeó cuando los fieles se reunían en las mezquitas para las oraciones del viernes del mes sagrado.
Más de 50 mezquitas sufrieron daños, según el opositor Gobierno de Unidad Nacional.
Un residente de 39 años de la región de Mandalay describió escenas desgarradoras cuando intentaba salvar a un hombre atrapado bajo los escombros de una mezquita derrumbada en el pueblo de Sule Kone, pero tuvo que huir debido a las fuertes réplicas.
“Tuve que dejarlo atrás (…) Entré una segunda vez para intentar salvarle”, dijo, declinando ser identificado. “Recuperé a cuatro personas con mis propias manos. Pero, por desgracia, tres ya estaban muertas y una murió en mis brazos”.
Los musulmanes son minoría en Myanmar, de mayoría budista, y han sido marginados por sucesivos gobiernos, mientras que grupos ultranacionalistas y monjes extremistas han incitado a la violencia en los últimos años.
Durante décadas, las autoridades de Myanmar han dificultado a los musulmanes la obtención de permisos para reparar o construir nuevas mezquitas, según un informe de 2017 del Departamento de Estado estadounidense, según el cual las mezquitas históricas se han deteriorado porque se les ha denegado el mantenimiento rutinario.
Los edificios budistas también se vieron gravemente afectados por el sismo, con 670 monasterios y 290 pagodas dañadas, según el gobierno militar. En su informe de daños no menciona ninguna mezquita.
Reuters no pudo acceder a las mezquitas ni verificar los testimonios de los derrumbes.
Un hombre, Julian Kyle, pidió en las redes sociales equipos pesados para levantar pilares de hormigón después de que el terremoto destruyó otra mezquita de Mandalay.
“Bajo los escombros, los miembros de mi familia y otras personas fueron aplastados y perdieron la vida”, publicó. “Queremos desesperadamente recuperar sus cuerpos”.
(Escrito por Martin Petty; editado en español por Carlos Serrano)
