Por Jennifer Rigby y Mariam Sunny
LONDRES, 5 abr (Reuters) – Los recortes en los presupuestos de ayuda amenazan con socavar años de progreso en la reducción del número de mujeres que mueren durante el embarazo y el parto, y podrían provocar un aumento de las muertes, advirtió Naciones Unidas.
Según un informe elaborado el lunes por organismos de la ONU como la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2000 y 2023 se produjo un descenso global del 40% de las muertes maternas, debido en gran medida a un mejor acceso a los servicios sanitarios esenciales.
La OMS afirma en un comunicado que acompaña al informe, en el que no se mencionan recortes concretos pero que se produce tras la congelación de la ayuda exterior por parte del gobierno de Estados Unidos y el fin de la financiación a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para muchos programas.
Otros países donantes, entre ellos Reino Unido, también han anunciado planes para recortar sus presupuestos de ayuda.
“Uno de los principales mensajes es que los recortes de financiación no sólo ponen en peligro los avances, sino que podrían suponer un retroceso”, afirmó Bruce Aylward, Subdirector General de Cobertura Sanitaria Universal de la OMS.
Los recortes han tenido “efectos similares a los de una pandemia” en los sistemas sanitarios de todo el mundo y podrían tener un “efecto más estructural y profundo”, añadió Aylward.
Según la OMS, los recortes ya están haciendo retroceder servicios vitales para la salud materna, neonatal e infantil en muchos países, reduciendo el personal, cerrando instalaciones e interrumpiendo las cadenas de suministros, incluidos los tratamientos para las hemorragias y la preeclampsia.
Los recortes en otras áreas, como la malaria y el tratamiento del VIH, también afectarían a la supervivencia materna, según la ONU.
Incluso antes de los recortes de ayuda liderados por Estados Unidos, las cosas estaban retrocediendo en algunos países, y el progreso se ha ralentizado a nivel mundial desde 2016, según el informe.
En 2023, a pesar de los recientes avances, una mujer seguía muriendo aproximadamente cada dos minutos -alrededor de 260.000 en total ese año- por complicaciones que en su mayoría eran prevenibles y tratables, añadió.
La situación era especialmente mala en los países afectados por conflictos o catástrofes naturales, aunque el propio Estados Unidos es uno de los cuatro países que han visto aumentar significativamente su tasa de mortalidad materna desde 2000, junto con Venezuela, la República Dominicana y Jamaica.
La pandemia de COVID-19 también tuvo su impacto, según el informe: 40.000 mujeres más murieron a causa del embarazo o el parto en 2021, con lo que el número total de muertes ese año ascendió a 322.000.
“Aunque este informe muestra destellos de esperanza, los datos también ponen de relieve lo peligroso que sigue siendo el embarazo en gran parte del mundo hoy en día, a pesar de que existen soluciones”, declaró Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
El informe ha sido financiado en parte por USAID.
(Reporte de Jennifer Rigby y Mariam E Sunny; Editado en Español por Ricardo Figueroa)