BREAKINGVIEWS- Ha llegado el momento de una nueva y audaz relación entre Reino Unido y la UE

LONDRES, 7 abr (Reuters Breakingviews) – Es el momento de despedirse de la antigua “relación especial” entre Reino Unido y Estados Unidos; y dar la bienvenida a una nueva relación especial entre las dos orillas del canal de la Mancha.

Mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, pone en tensión los lazos transatlánticos, la Unión Europea y Reino Unido tienen mucho que ganar uniendo fuerzas. Un pacto de seguridad que abarque la economía, la energía, el medio ambiente, la tecnología y las finanzas —además de la defensa— estaría a la altura de las circunstancias. El principal obstáculo es la falta de visión por ambas partes.

Reino Unido y la UE tienen, por supuesto, una dolorosa historia reciente. El Brexit arrancó a Reino Unido del bloque hace cinco años. Ambos antiguos socios siguen sufriendo heridas psicológicas. Además, Europa se encuentra ahora en el epicentro de un terremoto geopolítico. La invasión de Ucrania por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, ya fue bastante perniciosa. La guerra arancelaria de Trump, combinada con la reducción del apoyo a Kiev y sus nuevas cavilaciones sobre si atenerse o no al pacto de defensa de la OTAN, agudizan la vulnerabilidad de Europa.

La semana pasada, Estados Unidos impuso un arancel general de “solo” el 10% a las importaciones procedentes de Reino Unido, la mitad del 20% que aplicó a la “patética” UE (según la descripción de Trump). Pero es difícil justificar cualquier arancel estadounidense a Reino Unido, que es un aliado cercano que ha luchado hombro con hombro con Estados Unidos en innumerables guerras. Demasiado para la relación especial que innumerables presidentes y primeros ministros han pregonado. Demasiado para que el rey Carlos invitara a Trump a Reino Unido para una segunda visita de Estado sin precedentes.

AMPLIA VISIÓN DE LA SEGURIDAD

El primer ministro británico, Keir Starmer, prometió “recomponer” las relaciones con la UE después de que su Partido Laborista ganara el poder el año pasado, sustituyendo a los conservadores que habían defendido el Brexit. El 19 de mayo organizará una cumbre con los líderes de la UE para llevar adelante esa idea.

Con todo, el prometido reseteo aún no es ambicioso. Starmer ha descartado unirse al mercado único o a la unión aduanera de la UE, por no hablar de aceptar sus acuerdos para la libre circulación de personas o volver a unirse al bloque. En cambio, se centra en ideas como la cooperación energética, la vinculación de los regímenes de comercio de derechos de emisión de carbono de Reino Unido y la UE, y un acuerdo para reducir los controles fronterizos de los productos agrícolas.

Mientras tanto, Bruselas ve poca necesidad de cambiar el acuerdo comercial entre los dos socios, que se revisará el año que viene. Según Charles Grant, director del Centro para la Reforma Europea, la actitud de la UE es que Reino Unido no debería poder elegir a su antojo partes del mercado único a menos que esté dispuesta a ser miembro de pleno derecho, lo que significa aceptar la libre circulación de personas. El objetivo inicial de la UE es conseguir un pacto que permita a los jóvenes viajar a Reino Unido y ampliar un acuerdo sobre derechos de pesca, dos ideas que no interesan a Reino Unido.

Para ser justos, Starmer también ha pedido una “ambiciosa asociación de seguridad entre Reino Unido y la UE”. Esto podría conducir a una nueva y audaz relación especial, pero solo si los socios tienen una comprensión amplia del término “seguridad”.

La UE y Reino Unido entienden que deben colaborar más estrechamente en materia de defensa. Tendrán muchas más posibilidades de apoyar a Ucrania y hacer frente a Rusia si unen sus fuerzas. El ejército británico, relativamente fuerte, sus armas nucleares y su experiencia en inteligencia son bazas importantes.

Uno de los riesgos es que la UE favorezca los equipos fabricados dentro del bloque al ampliar su industria de defensa. Sería una oportunidad perdida. Bruegel, el influyente grupo de reflexión de Bruselas, pedirá esta semana un mecanismo de defensa que incluya a Reino Unido. Voces británicas, algunas en el Gobierno, ya han propuesto planes similares.

Sin embargo, ni siquiera esto es suficiente. La seguridad es mucho más amplia que la defensa, como ha señalado Enrico Letta, ex primer ministro italiano. Se puede etiquetar “seguridad” a muchos temas.

Europa necesitará más seguridad económica, tecnológica y financiera si se rompe la relación comercial transatlántica. La necesidad de interrumpir bruscamente el suministro de gas ruso tras la invasión de Ucrania puso de manifiesto la importancia de la seguridad energética. El cambio climático subraya la necesidad de seguridad medioambiental.

En todos estos ámbitos, Reino Unido y la UE serán más fuertes juntos. La integración de las redes energéticas aumentará la seguridad y reducirá los costes. La City londinense podría contribuir al plan de la UE de crear una “unión de mercados de capitales” que canalice el ahorro europeo hacia la inversión productiva. Reino Unido tiene mucho que ofrecer en otros ámbitos, como la inteligencia artificial, sobre todo si Europa acaba comprando menos servicios a Estados Unidos.

La UE y Reino Unido también tendrán más posibilidades de salvar partes del orden internacional, incluido el libre comercio, si unen sus fuerzas. Podrían formar un núcleo en torno al cual se agruparan otras democracias como Japón, Canadá, India, Brasil y México.

PENSAR A LO GRANDE

Trump detestaría la idea de que Reino Unido y la UE se unieran, en parte porque podría reducir el poder de Estados Unidos y en parte porque no le gusta el bloque. Podría intentar echar por tierra una ambiciosa asociación europea en materia de seguridad amenazando con sanciones o tratando de apartar a Reino Unido de la UE con un acuerdo comercial propio.

Este escenario hará que Starmer se muestre cauteloso. No quiere enemistarse con Trump. Desea, con razón, proteger los lazos comerciales y no quiere que Estados Unidos abandone Ucrania, y mucho menos la OTAN.

Pero Reino Unido está más cerca de la UE que de Estados Unidos en términos de intereses y valores estratégicos. También habrá una mayor oportunidad económica de trabajar con la UE que como socio menor en una relación desigual con un Trump poco fiable. Incluso después del Brexit, el comercio total de Reino Unido con la UE, de 795.000 millones de libras en 2023, era 2,7 veces mayor que con Estados Unidos.

Para crear una relación especial, la UE tendrá que mostrar cierta flexibilidad y empezar a tratar a Reino Unido como algo más que cualquier otro país no miembro. Starmer, por su parte, tendrá que dejar de preocuparse de que los británicos sean alérgicos a unas relaciones más estrechas con el bloque. Según YouGov, solo el 30% cree que fue acertado votar a favor de abandonar la UE. Casi dos tercios desean una relación más estrecha con la UE, y al 55% le gustaría volver a formar parte de ella.

Ahora es el momento de pensar a lo grande.

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(El autor es columnista de Reuters Breakingviews. Las opiniones expresadas son suyas.)

(Edición de Peter Thal Larsen y Streisand Neto; editado en español por Tomás Cobos)

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