Por Luis Jaime Acosta
BOGOTÁ, 8 abr (Reuters) – El Gobierno de Colombia mantiene abierta la puerta al diálogo con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) pese a sus recientes actos de violencia que obligaron a suspenderlo, mientras avanza en un proceso con unos 300 combatientes que se separaron de ese grupo, dijo el comisionado de paz, Otty Patiño.
El Gobierno suspendió en enero el proceso de paz con el izquierdista ELN después de que ese grupo lanzó una escalada de ataques selectivos en la zona del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, que dejó alrededor de un centenar de muertos, más de 56.000 desplazados y 25.000 personas confinadas.
La suspensión fue el golpe más duro hasta ahora a las promesas de paz del presidente Gustavo Petro para acabar con el conflicto de más de seis décadas, en medio del que se produjo en los últimos años una división de algunos grupos armados en facciones más pequeñas complicando los diálogos.
“El Gobierno mantiene una puerta abierta para ello, pero desde luego eso no significa el diálogo per se, significa que la dirección del ELN cambie, cambie su manera de pensar, cambien la manera como están dirigiendo esa estrategia criminal y desde luego eso significa una transformación muy radical”, dijo el lunes Patiño en una entrevista con Reuters.
“El Gobierno está plenamente en esa disposición, pero no lo puede hacer de una manera ingenua pensando en el diálogo por encima de cualquier otra consideración”, advirtió.
Patiño, un antiguo dirigente del desmovilizado grupo guerrillero M-19 al que también perteneció Petro, precisó que para eventualmente retomar el diálogo los líderes del ELN deben cambiar y dejar de “creer que la guerra es el camino”.
El consejero comisionado de paz y Petro viajaron el sábado al suroccidental departamento de Nariño, en donde los Comuneros del Sur, un grupo disidente del ELN conformado por unas 300 personas, entregaron explosivos, granadas y lanzacohetes, mientras firmaron un acuerdo para sustituir cultivos de hoja de coca, una fase previa a una posible desmovilización y entrega de armas.
La posible reincorporación a la vida civil de los Comuneros del Sur podría ser el único logro concreto de paz de Petro antes de terminar su mandato en agosto del 2026, según analistas.
El ELN, considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, cuenta con más de 6.000 integrantes, incluidos unos 3.200 combatientes, y se fortaleció militarmente en medio del diálogo de paz aumentando su control territorial, de acuerdo con fuentes de seguridad.
POLÍTICA DE PAZ TOTAL
Petro, el primer mandatario de izquierda de Colombia, lanzó una ambiciosa política de paz para poner fin a un conflicto que ha dejado más de 450.000 muertos sacando de la guerra a unos 20.000 integrantes de grupos armados ilegales que se financian del narcotráfico y la extracción ilícita de oro en zonas selváticas y montañosas que controlan.
El Gobierno realizó varios ciclos de conversaciones con el ELN, con el apoyo de la comunidad internacional, sin alcanzar resultados concretos.
El grupo rebelde dijo que no hay interés en responder a Patiño, “fundamentalmente porque no es interlocutor del ELN”.
El comisionado aseguró que la posibilidad de restablecer o iniciar diálogos también contempla a otros grupos, como los frentes que hacen parte de la mayor disidencia de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dirigidas por Néstor Vera, más conocido por su nombre de guerra de “Iván Mordisco”.
“El Gobierno está en una decisión profunda de adelantar todos estos procesos con los que quieran y desde luego generar procesos irreversibles”, sostuvo el funcionario.
El Gobierno de Petro ha mantenido diálogos con unos 11 grupos armados, desde grandes organizaciones rebeldes hasta bandas urbanas, pero sólo dos conversaciones están plenamente activas en la actualidad.
Patiño sostuvo que el Gobierno insistirá en lo que denominó paz territorial, como la que avanza con Comuneros del Sur, y en la que es fundamental la participación de las comunidades que hagan irreversibles los procesos debido a que los acuerdos entre los grupos armados y el Gobierno no son suficientes.
(Reporte de Luis Jaime Acosta, editado por Nelson Bocanegra)