Por Corina Pons
MADRID, 10 abr (Reuters) – Los ciudadanos estadounidenses con gran poder adquisitivo pagaron el año pasado los precios más altos por propiedades españolas de todos los compradores extranjeros, al mismo tiempo que realizaron la mayoría de las compras en algunas regiones del centro y del norte, según mostraron los datos el jueves, lo que agrava la crisis inmobiliaria en el país.
A diferencia de los europeos del norte que durante mucho tiempo han buscado refugio de climas más duros en las soleadas playas y llanuras de España, los inversores estadounidenses comenzaron a llegar en masa recientemente, algunos impulsados por consideraciones comerciales, como un dólar fuerte, otros por las preocupaciones por las políticas populistas del presidente estadounidense, Donald Trump.
El número de operaciones inmobiliarias en las que participaron estadounidenses fue más de cuatro veces superior al de hace cinco años, durante el primer mandato de Trump, y su cuota se duplicó hasta el 2% del total de 139.102 transacciones realizadas por extranjeros no residentes, según las estadísticas sobre operaciones inmobiliarias del Consejo General del Notariado de España, que supervisa los registros de la propiedad.
Esta cifra sigue estando muy por detrás de la de los británicos, que siguen siendo los principales compradores extranjeros, aunque su porcentaje de compra de viviendas descendió del 12% al 8,5% en el mismo periodo. El precio medio que pagaron por metro cuadrado fue casi un 30% inferior a los 3.390 euros (3.732 dólares) que lo que pagaron los estadounidenses.
Los compradores extranjeros, que representan el 20% de todas las compras residenciales en España, pagaron de media 2.362 euros por metro cuadrado, mientras que los españoles pagaron 1.713 euros en el segundo semestre del año.
Aunque los precios de la vivienda en España suelen ser más bajos que en los países más ricos del centro y norte de Europa, el año pasado subieron un 11%, la segunda mayor subida de la Unión Europea tras la de la vecina Portugal, según datos de Eurostat.
Ante la crisis inmobiliaria, que ya ha provocado protestas contra el aumento de los alquileres y los precios de la vivienda, el Gobierno ha amenazado con imponer un impuesto de hasta el 100% sobre la compra de propiedades por parte de compradores extracomunitarios, aunque los expertos dudan de que pueda frenar el aumento de los precios originado por la escasa oferta de viviendas.
España ya ha suprimido el llamado “visado de oro”, que concedía derechos de residencia a los extranjeros que realizaban grandes inversiones inmobiliarias. Muchos estadounidenses se han acogido a este régimen en los últimos años, pero es poco probable que su desaparición les impida comprar mientras consideren atractivos los precios.
“Notamos que hay mucho más interés de estadounidenses. Ven que Madrid tiene potencial de recorrido importante, frente a otras capitales que ya no tienen ese mismo recorrido”, afirma Luis Valdés, director de Asesoría de Ventas Residenciales de Colliers, que se basa en la Costa del Sol como otro ejemplo.
Francisco Cerezo, socio del bufete de abogados estadounidense DLA Piper, que realiza operaciones internacionales en la región, afirmó que los ciudadanos estadounidenses de origen latinoamericano se sienten especialmente atraídos por las propiedades españolas, por el idioma y la cultura familiares, así como por los precios y el clima.
“En ese sentido, evoca paralelismos con los patrones de inversión que hemos visto en Florida a lo largo de los años”, afirmó.
(1 dólar = 0,9083 euros)
(Información de Corina Pons; edición de Andrei Khalip y Kirsten Donovan; edición en español de María Bayarri Cárdenas)