Argentinos en el Vaticano se muestran especialmente conmovidos con la despedida al papa Francisco

Por Angelo Amante

CIUDAD DEL VATICANO, 25 abr (Reuters) – El argentino Marcelo Bruno se subió a un auto el jueves temprano y emprendió el largo viaje a Roma desde Siracusa, en la isla de Sicilia, para despedirse de su compatriota el papa Francisco.

Llegó en las primeras horas del viernes y se dirigió directamente a la Basílica de San Pedro, donde yacía el cuerpo del primer pontífice argentino de la historia, uniéndose a las decenas de miles de dolientes.

“Es un acontecimiento que creo que trasciende la fe y la espiritualidad”, dijo Bruno, que reside en Mar del Plata, sobre la muerte del papa.

Líderes de todo el mundo asistirán al funeral de Francisco el sábado junto con una multitud que se espera sea de más de 200.000 dolientes italianos y extranjeros. Para los argentinos que se despiden de un compatriota, así como de un líder espiritual, el evento es particularmente conmovedor.

“Es muy impactante, vibrante, todo es muy respetuoso, pero verlo fue increíble”, dijo Agustina Rigo, de Buenos Aires, después de visitar el cuerpo del Papa en la basílica con su hermana Antonella.

Según el Vaticano, casi 150.000 personas de todo el mundo se habían despedido de Francisco hasta el mediodía del viernes (1.000 GMT). Las largas colas siguen serpenteando alrededor de la plaza de San Pedro y se permitirá la entrada hasta las 19.00 horas.

El papa, de 88 años, fallecido el lunes tras sufrir un derrame cerebral, dejó una huella imborrable en el país natal al que nunca regresó tras su elección en 2013, incluso entre los no cristianos.

“No somos religiosos, pero este es un acontecimiento histórico. Hemos traído a los niños para enseñárselo”, dijo Ramiro López, mientras se acercaba a Via della Conciliazione, el monumental bulevar que sube a la plaza de San Pedro desde el río Tíber.

Calificó a Francisco de “papa muy político” que siempre se centró en los más pobres y en el valor intrínseco del ser humano.

Otros dolientes comentaron el simbolismo del fallecimiento del papa durante el periodo de Pascua, cuando los cristianos celebran la resurrección de Jesucristo.

Lisandro Scaravino, originario de la ciudad argentina de Rosario, voló a Italia el miércoles desde España, donde reside, junto con su compatriota Jorge Paravicini.

“La muerte de un papa duele… pero al mismo tiempo hay paz y alegría, porque su vida terminó en tiempo de Pascua de resurrección”, dijo Scaravino.

(Edición de Gavin Jones y Alexandra Hudson. Editado en español por Juana Casas)

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