El mundo respira aliviado al ver que Trump relaja la presión sobre la Fed y el FMI

WASHINGTON, 26 abr (Reuters) – Los dirigentes económicos mundiales reunidos en Washington esta semana dieron un suspiro de alivio colectivo porque el orden económico centrado en Estados Unidos que prevaleció durante los últimos 80 años aún no se estaba derrumbando, a pesar del planteamiento introspectivo de Donald Trump.

Las Reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial estuvieron dominadas por las conversaciones comerciales, que también dieron lugar a algunas declaraciones de Washington para desescalar sus relaciones con China.

Sin embargo, tras los ataques de Trump a las instituciones internacionales y a la Reserva Federal, los banqueros centrales y los ministros de Finanzas se plantearon algunas preguntas más trascendentales: ¿podemos seguir contando con el dólar estadounidense como refugio seguro mundial y con las dos entidades prestamistas que han respaldado el sistema económico internacional desde el final de la Segunda Guerra Mundial?

Las conversaciones con decenas de responsables de todo el mundo revelaron un alivio generalizado ante la decisión de Trump de moderar sus amenazas de despedir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, el guardián del estatus internacional del dólar, a quien anteriormente había descrito como un “gran perdedor”.

Y muchos también vieron un lado positivo en el llamado del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, a reformular el FMI y el Banco Mundial según las prioridades de Trump porque implica que Estados Unidos no está dispuesto a retirarse de los dos organismos que ayudó a crear en la conferencia de Bretton Woods de 1944.

“Esta semana trajo un alivio cauteloso”, dijo el gobernador del banco central de Austria, Robert Holzmann. “Hubo un cambio de postura (en la administración estadounidense), pero me preocupa que no sea el último. Mantengo mis reservas.”

La politización de la Reserva Federal y, en menor medida, el debilitamiento del FMI y el Banco Mundial son conceptos casi imposibles de comprender para la mayoría de los dirigentes.

Sin un prestamista de última instancia, unos 25 billones de dólares de bonos y préstamos emitidos en el extranjero quedarían en peligro.

NO HAY ALTERNATIVA

En el centro de las preocupaciones de los responsables políticos se encuentra la falta de una alternativa viable a Estados Unidos como potencia financiera hegemónica mundial, una situación que los economistas conocen como la “trampa de Kindleberger”, en referencia al renombrado historiador Charles Kindleberger.

Sin duda, el euro, una moneda de reserva que ocupa un distante segundo lugar, está ganando popularidad a la luz del nuevo estatus de la Unión Europea como isla de relativa estabilidad. 

Sin embargo, los responsables económicos que hablaron con Reuters se mostraron categóricos en que la moneda única europea aún no está preparada para destronar al dólar y que, en el mejor de los casos, podía aspirar a aumentar ligeramente su cuota del 20% de las reservas mundiales.

De los 20 países que comparten el euro, solo Alemania tiene la calificación crediticia y el tamaño que los inversores exigen de un refugio seguro.

Algunos otros miembros están altamente endeudados y propensos a episodios de agitación política y financiera (el más reciente en Francia el año pasado), lo que plantea persistentes preguntas sobre la viabilidad a largo plazo del bloque.

Y la proximidad geográfica de la eurozona a Rusia –en particular a los tres países bálticos que alguna vez fueron parte de la Unión Soviética– proyecta una sombra aún más siniestra.

Ahora que Japón es demasiado pequeño y la moneda china, fuertemente controlada, se encuentra en una posición aún peor, no quedan alternativas al sistema del dólar apuntalado por la Reserva Federal y las dos instituciones de Bretton Woods.

De hecho, el FMI y el Banco Mundial difícilmente podrían sobrevivir si su mayor accionista, Estados Unidos, se retirara, dijeron los responsables consultados.

“Estados Unidos es absolutamente crucial para las instituciones multilaterales”, dijo a Reuters el ministro de Finanzas polaco, Andrzej Domanski. “Nos alegra que permanezcan.”

Aun así, pocos esperaban que se volviera al antiguo status quo y probablemente quedaran pendientes cuestiones espinosas, como la dependencia generalizada de empresas estadounidenses para una serie de servicios clave, desde tarjetas de crédito hasta satélites.

Sin embargo, algunos observadores argumentaron que la agitación del mercado de las últimas semanas, que provocó una fuerte caída de los bonos, las acciones y la moneda estadounidenses, podría haber sido un revulsivo, ya que obligó al Gobierno de EEUU a cambiar de rumbo.

“Cuando el presidente Trump habló de despedir a Powell, la reacción tan enérgica de los mercados terminó siendo una realidad disciplinaria que simplemente le recordó al Gobierno que, si se cruza la línea, podría tener consecuencias muy graves”, dijo Nathan Sheets, economista jefe global de Citi.

(Información adicional de María Martínez y Karin Strohecker; Edición de Andrea Ricci; editado en español por Tomás Cobos)

tagreuters.com2025binary_LYNXMPEL3P043-VIEWIMAGE