BUENOS AIRES, 29 abr (Reuters) -La actividad financiera argentina repitió el martes sus parámetros de las últimas rondas, en las que los inversores privilegiaron los negocios con pesos en tasas de interés ante un dólar tranquilo con la reciente liberación cambiaria y un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La operatoria llamada ‘carry trade’ busca sumar pesos con los rendimientos bancarios en torno al 37% anual a cambio de hacerse de más dólares a futuro, ya que el banco central (BCRA) prevé una revalorización de la moneda local.
Esto hace que la brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y el histórico informal (blue) prácticamente haya desaparecido, cuando semanas atrás rondaba el 20% y unos dos años antes superara ampliamente el 100%.
A mitad de abril, el Gobierno ultraliberal de Javier Milei flexibilizó sorpresivamente el mercado cambiario dejando atrás el denominado ‘cepo’ y fijó una banda de flotación divergente del 1% mensual sobre la base de entre 1.000 y 1.400 unidades.
“Se terminó la época de la Argentina regalada en dólares (…) No tiene que llamar la atención que una familia de clase media vaya de vacaciones a Brasil”, dijo este martes el ministro de Economía, Luis Caputo, en un congreso financiero en Buenos Aires.
El peso mayorista cotizó con una mejora del 1,11% a 1166 pesos por dólar al cierre y el identificado como ‘blue’ mejoró un 0,42% a 1.200 por unidad, con brecha del 2,8%.
“Sorprende la caída de la cotización de las divisas (alza del peso). En parte por la mayor confianza tras el generoso crédito del FMI y la disminución de regulaciones; en parte por la suspensión de los pases activos del BCRA y la consiguiente alza de tasas bancaria, con mayores chances de ‘carry trade'”, sostuvo VatNet Financial Research.
El compromiso del BCRA para acumular reservas hacía proyectar la presión oficial para que el tipo de cambio se fortaleciera hasta el piso de la banda de flotación, coincidieron operadores.
La baja inflacionaria a rangos del 1% mensual y el sostenimiento del superávit gemelo (fiscal y comercial) son los objetivos del Gobierno argentino.
Actualmente las reservas internacionales del BCRA se aproximan a los 40.000 millones de dólares, con la reciente inyección de liquidez por el crédito del FMI.
“Hay un convencimiento que este panorama en el mercado local se extenderá, al menos, hasta las elecciones (de medio término en octubre), aunque la mayor influencia a seguir será el impacto de la crisis global con los aranceles de (Donald) Trump”, dijo un agente financiero de la banca privada externa.
Atada a la volatilidad global, el índice líder S&P Merval de la bolsa porteña cayó un 0,94%, con bonos extrabursátiles que se movían en terreno negativo del 0,3% promedio, en línea con una ligera alza del riesgo país.
La actividad financiera será acotada esta semana en Argentina por un feriado nacional el jueves (Día del Trabajador) y otro día no laborable optativo el viernes, con fines turísticos.
(Reporte de Jorge Otaola;colaboración de Hernán Nessi y Walter Bianchi;Editado por Eliana Raszewski y Nicolás Misculin)