Por Sarah Marsh y Friederike Heine
BERLÍN (Reuters) -La agencia de espionaje alemana clasificó el viernes al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) como entidad “extremista”, una medida que le permite intensificar la vigilancia del mayor grupo de la oposición del país, que denunció la medida como un “golpe contra la democracia”.
Según un informe de 1.100 páginas, la AfD es una organización racista y antimusulmana, una designación que permite a los servicios de seguridad reclutar informadores e interceptar las comunicaciones del partido, y que ha reavivado sus peticiones de ilegalización.
“En el centro de nuestra evaluación está el concepto étnico y ancestral del pueblo que da forma a la AfD, que devalúa a segmentos enteros de la población en Alemania y viola su dignidad humana”, dijo la agencia de inteligencia nacional BfV en un comunicado.
“Este concepto se refleja en la postura general antimigrante y antimusulmana del partido”, dijo, acusando a la AfD de suscitar “miedos irracionales y hostilidad” hacia individuos y grupos.
La BfV necesita tal clasificación para poder vigilar a un partido político, ya que está más limitada legalmente que otros servicios de inteligencia europeos, un reflejo de la experiencia de Alemania tanto bajo el régimen nazi como bajo el comunista.
Otras organizaciones clasificadas como extremistas en Alemania son grupos neonazis como el Partido Nacional Democrático (PND), grupos islamistas como el Estado Islámico y de ultraizquierda como el Partido Marxista-Leninista de Alemania.
La agencia pudo actuar después de que la AfD perdió el año pasado un proceso judicial en el que impugnó su anterior clasificación por la BfV como entidad sospechosa de extremismo.
“MUY GRAVE. Después de Francia y Rumania, ¿otro robo a la Democracia?”, escribió en la red social X Matteo Salvini, viceprimer ministro italiano y líder del partido ultraderechista La Liga.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, dijo que Alemania debería dar marcha atrás a la hora de calificar a la AfD de “extremista”, mientras que el multimillonario Elon Musk, que apoyó al partido antes de las elecciones de febrero, advirtió en contra de prohibirlo.
“Prohibir el partido centrista AfD, el más popular de Alemania, sería un ataque extremo a la democracia”, dijo Musk en X.
La AfD denunció su designación como un intento políticamente motivado de desacreditarla y criminalizarla. “La AfD seguirá emprendiendo acciones legales contra estos ataques difamatorios que ponen en peligro la democracia”, dijeron en un comunicado sus colíderes Alice Weidel y Tino Chrupalla.
(Reporte de Sarah Marsh, Friedrike Heine, Holger Hansen, Andreas Rinke, Matthias Williams y Rachel More en Berlín y Angelo Amante en Roma; editado en español por Benjamín Mejías y Carlos Serrano)