Por Andrea Shalal, James Oliphant y Bo Erickson
WASHINGTON (Reuters) -El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso el viernes un recorte de 163.000 millones de dólares en el gasto federal, que reduciría drásticamente el gasto en educación, vivienda e investigación médica el próximo año, pero aumentaría el dinero para defensa y seguridad fronteriza.
El presupuesto propuesto aumentaría el gasto en defensa en un 13% y el de seguridad nacional en casi un 65% con respecto a los niveles promulgados en 2025, a medida que Trump toma medidas enérgicas contra la inmigración ilegal.
El gasto discrecional no relacionado con la defensa, que excluyen la Seguridad Social y el programa de salud Medicaid, se reduciría un 23%, hasta el nivel más bajo desde 2017, dijo la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca (OMB, por sus siglas en inglés) en un comunicado.
La propuesta eliminaría más de 2.000 millones de dólares del Servicio de Impuestos Internos (IRS) y recortaría los presupuestos de los Institutos Nacionales de Salud (NHI) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en más de un 40%.
El primer presupuesto de Trump desde que recuperó el poder pretende cumplir sus promesas de aumentar el gasto en seguridad fronteriza y recortar la burocracia federal.
Los demócratas del Congreso criticaron los recortes del gasto doméstico por considerarlos demasiado severos, y algunos republicanos pidieron aumentar el gasto en defensa y otras áreas.
“En este momento crítico, necesitamos un presupuesto histórico, que ponga fin a la financiación de nuestro declive, dé prioridad a los estadounidenses y ofrezca un apoyo sin precedentes a nuestras fuerzas armadas y a la seguridad nacional”, dijo en un comunicado el director de la OMB, Russ Vought.
Vought, mientras trabajaba en la Heritage Foundation, fue uno de los artífices del Proyecto 2025, una guía para reducir el alcance del Gobierno federal. Trump renegó de esa iniciativa durante la campaña, pero una vez en el cargo lo nombró zar del presupuesto.
El Gobierno federal tiene una deuda de 36 billones de dólares que sigue aumentando, y algunos conservadores fiscales y expertos en presupuesto temen que la propuesta de Trump de extender sus recortes de impuestos de 2017 se sume a ella.
El llamado presupuesto ajustado es un esbozo de las prioridades del Gobierno, que dará a los congresistas republicanos un plan para empezar a elaborar proyectos de ley de gasto.
La senadora republicana Susan Collins, máxima responsable de la cámara, reaccionó con frialdad.
“Esta petición ha llegado tarde al Congreso y aún quedan detalles clave pendientes. Sin embargo, basándome en mi examen inicial, tengo serias objeciones”, dijo Collins, que mencionó su preocupación por que el gasto en defensa fuera demasiado bajo y por los recortes a programas de ayuda a los estadounidenses con bajos ingresos para calentar sus hogares.
“En última instancia, es el Congreso el que tiene el poder del dinero”, destacó Collins.
(Reporte de Andrea Shalal, Bo Erickson y Katharine Jackson; reporte adicional de Nathan Layne, Brendan O’Brien y James Oliphant; editado en español por Carlos Serrano)