Por Pesha Magid, Maha El Dahan y Manya Saini
RIAD/DUBÁI (Reuters) – Arabia Saudita se abstuvo de unirse formalmente al bloque de naciones BRICS a pesar de asistir a una reunión en Brasil la semana pasada, dijeron dos fuentes, tratando con delicadeza una cuestión que podría molestar a Washington mientras Riad busca sellar acuerdos con su aliado de Estados Unidos.
La cuestión de la pertenencia a los BRICS ha sido diplomáticamente sensible para Arabia Saudita desde que fue invitada por primera vez a unirse en 2023, y sigue siéndolo con la visita del presidente Donald Trump la próxima semana y Riad negociando acuerdos nucleares y tecnológicos.
El BRICS, fundado como una agrupación de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica para contrarrestar el dominio occidental del orden mundial, ha crecido en los últimos años para incluir economías emergentes como Emiratos Árabes Unidos, Egipto e Indonesia.
Pero aunque en el sitio web de los BRICS aparece Arabia Saudita -el mayor exportador de petróleo del mundo- como miembro, aún no se ha adherido, según las dos fuentes, ambas con conocimiento directo de la política saudí.
La oficina de comunicación del gobierno saudí no respondió inmediatamente a una petición de comentarios.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil remitió a Reuters al gobierno saudí cuando se le preguntó por la condición de miembro del reino que figuraba en el sitio web. Brasil preside actualmente el BRICS.
Riad no quiere arriesgarse a que Estados Unidos se enfade, ya que hay negociaciones en curso con Washington, dijeron una de las fuentes y un diplomático.
Arabia Saudita envió a su viceministro de Asuntos Exteriores a la reunión del 29 de abril en Río de Janeiro, donde los ministros del bloque en rápida expansión no lograron acordar un comunicado conjunto.
La ambivalencia del reino respecto a la pertenencia a los BRICS pone de manifiesto su difícil equilibrio entre China, su principal cliente para la exportación de petróleo, y Washington, su socio indispensable en materia de seguridad y tecnología, un recorrido por la cuerda floja cada vez más precario por la creciente división entre Estados Unidos y China.
“Los saudíes siguen considerando muy valioso colaborar con el BRICS y sus Estados miembros. Mientras puedan, seguirán haciendo doble o múltiple uso de las asociaciones mundiales”, afirmó Robert Mogielnicki, experto residente del Instituto de los Estados Árabes del Golfo en Washington.
“Creo que el cálculo saudí es que lo que puedan obtener de Estados Unidos supera lo que podrían obtener de la membresía del BRICS, al menos en el corto plazo”.
En enero, Trump exigió a los BRICS que se comprometieran a no crear una nueva moneda o apoyar otra que sustituyera al dólar estadounidense, o enfrentarse a aranceles del 100% contra las naciones BRICS.
EN BUSCA DE ALIADOS
Aunque el reino sigue favoreciendo a su aliado histórico Estados Unidos, también está tratando de alimentar los lazos comerciales con China, el mayor importador de crudo saudí.
En febrero, Arabia Saudita exportó a China mercancías por valor de 15.200 millones de riyales (4.050 millones de dólares), lo que supone un aumento del 20,6% respecto al año anterior, cuando el comercio ascendió a 12.600 millones de riyales, según datos del Observatorio de la Complejidad Económica. En los últimos cinco años, el comercio ha crecido a un ritmo anualizado del 50,3%.
El total de contratos chinos de inversión y construcción en Arabia Saudita entre 2005 y mediados de 2024 alcanzó casi 71.000 millones de dólares, según el China Global Investment Tracker, lo que refleja el creciente papel de Pekín en la transformación económica del reino.
La asociación saudí con Estados Unidos sigue siendo fundamental para sus ambiciones de seguridad, inversión y tecnología, incluso cuando amplía sus relaciones con potencias rivales como China y Rusia.
Estados Unidos está a punto de ofrecer a Arabia Saudita un paquete de armas por valor de más de 100.000 millones de dólares, según dijeron fuentes a Reuters el mes pasado, afirmando que la propuesta se estaba preparando para ser anunciada durante la visita de Trump.
Los BRICS han tratado de alejarse del dólar y adoptar otras divisas. Pero un estudio realizado el año pasado por el Centro de Geoeconomía del Atlantic Council mostró que el billete verde sigue siendo la principal moneda de reserva del mundo, y ni el euro ni los países del BRICS han logrado reducir la dependencia mundial del dólar.
“Aunque el BRICS es un foro útil para expresar quejas sobre el comportamiento de Estados Unidos, todavía no es un organismo lo bastante coherente como para proporcionar bienes públicos en cuestiones clave como la cooperación monetaria, la seguridad o la integración económica”, afirmó Steffen Hertog, profesor asociado de política comparada de la London School of Economics.
“Los saudíes sienten que tienen influencia y disfrutan de su posición”, afirmó el analista saudí Aziz Alghashian.
“Ven que Estados Unidos sigue siendo el actor principal, pero hay otros que también podrían aportar utilidad”, añadió.
(1 dólar = 3,7509 riyales)
(Reporte de Pesha Magid en Riad, Maha El Dahan y Manya Saini en Dubái; reporte adicional de Lisandra Paraguassu en Brasilia; Editado en Español por Ricardo Figueroa)