Peruanos aun celebran por papa León XIV, lo recuerdan en camioneta y jugando tenis

Por Marco Aquino y Alexander Villegas

CHICLAYO, Perú (Reuters) – La pequeña ciudad de Chiclayo, en el norte de Perú, seguía de festejos el viernes, con los vecinos compartiendo recuerdos, fotos y anécdotas luego de la elección de su antiguo residente más famoso, el cardenal Robert Prevost, como el Papa León XIV.

En un restaurante frente a la Catedral Santa María en Chiclayo se anunciaba en un cartel que el Papa, estadounidense nacionalizado peruano hace una década, tomaba su desayuno favorito en un país orgulloso por su afamaba gastronomía.

Otros compartían fotos, anécdotas y recuerdos como que conducía una camioneta blanca para ayudar a la gente de la región, gravemente afectada por las inundaciones y las fuertes lluvias, y hasta que jugaba al tenis en su tiempo libre.

“No había obstáculos para él”, dijo Zuri Castillo, secretaria de la Diócesis de Chiclayo. “No necesitaba chofer y llevada bolsas de comida, víveres y repartía a la gente cruzando el agua”, agregó.

Prevost, que pisó por primera vez Perú en 1985 cuando fue enviado como misionario a un pequeño y empobrecido pueblo, se convirtió en ciudadano peruano en el 2015, luego de que fuera nombrado obispo de Chiclayo donde sirvió hasta el 2023.

Ese año el papa Francisco lo convocó a Roma para dirigir la oficina del Vaticano encargada de elegir a los sacerdotes que deben servir como obispos en todo el mundo, lo que significa que participó en la selección de muchos de los prelados del mundo.

“Aquí comió el Papa, comida bendita, comida con fé”, se leía en un cártel al frente del restaurante Las América, el más antiguo de Chiclayo donde en Papa llegaba algunos días.

“Siempre venía a consumir aquí y uno de sus platos favoritos era el chicharón de pollo en salsa de las Américas, una plato tradicional de este restaurante”, dijo Rodrigo Couto, cuya abuela fundo el restaurante y que conocía de cerca al Papa.

En la oficina del Arzobispado de Chiclayo algunos trabajadores que compartieron tiempo con Prevost destacaron su “humildad” y desprendimiento para promover ayuda social en una país castigado además por el clima y la inseguridad ciudadana.

Zuri Castillo narró que durante la pandemia COVID 19 el papa ayudó a instalar una planta de oxígeno para los enfermos y ofrecía alimento principalmente a los migrantes venezolanos que llegaban a la ciudad, o estaban de paso en su camino a Lima.

Perú registró la tasa más alta de muertos en la pandemia con respecto su población de unos 34 millones de habitantes.

JUGABA TENIS

En la época de lluvias Prevost conducía una camioneta 4X4 de color blanco hacia las zonas afectadas.

La cercana colaboradora que trabajó ocho años con el Papa dijo que el prelado amaba la música criolla peruana y cantaba canciones clásicas como “Mi Perú” y “Alma, corazón y vida”.

“También jugaba tenis y frontón” en la sede local del monasterio Santo Toribio de Mogrovejo, refirió Castillo.

En la catedral de Chiclayo se ofreció temprano una misa y oración por el papa León XIV, que acaparó todos los titulares de los diarios locales con ingeniosos titulares. “El papa es peruano y extraña el ceviche”, “Papa Nativo”, entre otros.

Muchas personas dijeron que sintieron emoción cuando en su primer discurso como jefe de la Iglesia Católica, el papa León XIV saludó “a su querida Chiclayo” y “pueblo fiel”.

“Como chiclayana me ha dado mucha alegría”, dijo Marisela Roalcaba, una mujer de 73 años frente a la catedral. “Le pido (al Papa) tranquilidad en el mundo, especialmente que ore por Perú por la violencia en el norte del país”, afirmó.

Perú fue sacudido esta semana por la matanza de 13 trabajadores mineros, luego de fueran secuestrados por mineros ilegales en la provincia norteña de Pataz según la policía, lo que obligó al gobierno instalar una base militar en la zona.

Jesús León, coordinadora de un grupo católico en Chiclayo que conoce a Prevost desde 2018, dijo que trabajó estrechamente con el Papa en un proyecto para que el Vaticano reconozca un “milagro eucarístico” ocurrido en 1649 cuando apareció “el Niño Jesús y tres corazones blancos” en una hostia.

El proyecto fue presentado al papa Francisco por Prevost en el 2019, según registros del arzobispado de Chiclayo. El papa León XIV “es un ferviente impulsor de este milagro”.

(Reporte de Marco Aquino, Editado por Juana Casas)

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