EEUU y China inician conversaciones en Ginebra para rebajar la guerra comercial

Por John Revill y Emma Farge

GINEBRA (Reuters) – El viceprimer ministro chino, He Lifeng, inició a primera hora del sábado en Ginebra conversaciones con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, en un primer paso provisional para desactivar una guerra comercial que está perturbando la economía mundial.

Bessent y He se reunieron en Ginebra tras semanas de crecientes tensiones en las que los aranceles sobre las importaciones de bienes entre las dos mayores economías del mundo se han disparado muy por encima del 100%.

La disputa comercial, combinada con la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles el mes pasado a decenas de otros países, ha impactado en las cadenas de suministro, inquietado los mercados financieros y avivado los temores de una fuerte recesión mundial.

No se hizo público el lugar en el que se están celebrando las conversaciones en la localidad suiza. Sin embargo, testigos vieron a ambas delegaciones abandonar la residencia del embajador suizo ante la ONU en el frondoso suburbio de Cologny hacia la hora del almuerzo.

Más de dos horas antes, funcionarios estadounidenses, entre ellos Bessent y el representante de Comercio de Estados Unidos, Jamieson Greer, salieron sonrientes de su hotel camino de las conversaciones, con corbatas rojas y banderas estadounidenses en las solapas. Bessent declinó hablar con la prensa.

Al mismo tiempo, se vieron furgonetas Mercedes con cristales tintados salir de un hotel donde se alojaba la delegación china a orillas del lago Lemán, mientras los corredores que se preparaban para un maratón calentaban al sol.

Washington intenta reducir su déficit comercial con Pekín y convencer a China de que renuncie a lo que Estados Unidos considera un modelo económico mercantilista y contribuya más al consumo mundial, un cambio que exigiría reformas internas políticamente delicadas.

Pekín se ha opuesto a lo que considera una injerencia externa. Quiere que Washington reduzca los aranceles, aclare qué quiere que China compre más y la trate como a un igual en la escena mundial.

BAJAS EXPECTATIVAS

Con la desconfianza a flor de piel, ambas partes han querido no parecer débiles, y los analistas económicos tienen pocas expectativas de que se produzca un avance.

Trump dijo el viernes que un arancel del 80% sobre los productos chinos “parece correcto”, sugiriendo por primera vez una alternativa específica a los gravámenes del 145% que ha impuesto a las importaciones chinas.

Asimismo, insinuó que las conversaciones fueron iniciadas por China. Pekín dijo que Estados Unidos solicitó el encuentro y que la política china de oponerse a los aranceles estadounidenses no ha cambiado.

China podría estar buscando la misma exención arancelaria de 90 días que Washington concedió a otros países mientras se celebran las negociaciones. Cualquier tipo de medida en este sentido y conversaciones de seguimiento serían vistas como positivas por los inversores.

El ministro suizo de Economía, Guy Parmelin, se reunió con ambas partes en Ginebra el viernes y afirmó que el hecho de que las conversaciones estuvieran teniendo lugar ya es un éxito.

“Si surge una hoja de ruta y deciden continuar las conversaciones, se rebajarán las tensiones”, declaró a la prensa el viernes, afirmando que las conversaciones podrían continuar hasta el domingo o incluso el lunes.

Suiza ayudó a mediar en la reunión durante las recientes visitas de políticos helvéticos a China y Estados Unidos.

También está previsto que He se reúna provisionalmente con la directora general de la Organización Mundial del Comercio, Ngozi Okonjo-Iweala, durante su estancia en el país.

Anteriormente, acogió con satisfacción las conversaciones “como un paso positivo y constructivo hacia la desescalada”, pidiendo un diálogo sostenido entre las dos principales economías.

Desde que asumió el cargo en enero, Trump ha aumentado los aranceles sobre las importaciones chinas hasta el 145%, alegando prácticas comerciales desleales y acusando a Pekín de no frenar la exportación de productos químicos utilizados para producir fentanilo, un opioide sintético letal.

China contraatacó con aranceles de represalia del 125% y dijo que no se doblegará ante “imperialistas” y bravucones.

(Reporte de Sophie Yu, Emma Farge y John Revill; editado en español por Carlos Serrano)

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