Por Jonathan Stempel y Nate Raymond
BOSTON (Reuters) -Una jueza estadounidense impidió temporalmente el viernes que el Gobierno del presidente Donald Trump revoque la capacidad de la Universidad de Harvard para inscribir a estudiantes extranjeros, una política que la escuela calificó como parte de un esfuerzo más amplio del republicano para castigarla por negarse a “renunciar a su independencia académica”.
La decisión supone por ahora un alivio para miles de estudiantes internacionales que se enfrentaban a verse obligados a cambiar de universidad debido a la política, que Harvard calificó de “violación flagrante” de la Constitución de los Estados Unidos y otras leyes federales, y que dijo que tendría un “efecto inmediato y devastador” para más de 7.000 personas.
“Sin sus estudiantes internacionales, Harvard no es Harvard”, dijo la escuela, que tiene 389 años. Harvard matriculó a casi 6.800 estudiantes internacionales en su actual curso escolar, lo que equivale al 27% de la matrícula total.
La medida es la más reciente de una escalada entre Harvard y la Casa Blanca, en un contexto en que el Gobierno republicano busca obligar a universidades, bufetes de abogados, medios de comunicación, tribunales y a otras instituciones que valoran la independencia se pongan en línea con su agenda.
Harvard, que tiene su sede en Cambridge, Massachusetts, ha contraatacado duramente a Trump, al que previamente demandó para reponer unos 3.000 millones de dólares en subvenciones federales que habían sido congeladas o canceladas.
Leo Gerden, un estudiante sueco que se graduará en Harvard con un título universitario en economía y gobierno este mes, calificó el fallo de la jueza como un “gran primer paso”, pero dijo que los estudiantes internacionales se estaban preparando para una larga batalla legal que los mantendría en el limbo.
“No hay una sola decisión de Trump o de Harvard o de un juez que vaya a poner fin a esta tiranía de lo que Trump está haciendo”, dijo Gerden.
El Gobierno Trump puede apelar el fallo de la jueza federal Allison Burroughs.
En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, dijo que “los jueces no elegidos no tienen derecho a impedir que la Administración Trump ejerza su legítimo control sobre la política de inmigración y la política de seguridad nacional”.
Desde la toma de posesión de Trump el 20 de enero, su Gobierno ha acusado a varias universidades de indiferencia hacia el bienestar de los estudiantes judíos durante las protestas generalizadas en los campus contra la campaña militar de Israel en Gaza.
Al anunciar el jueves el cese de la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio de Harvard, con efecto a partir del curso académico 2025-2026, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, sin aportar pruebas, acusó a la universidad de “fomentar la violencia, el antisemitismo y coordinarse con el Partido Comunista Chino”.
La universidad ha dicho que está comprometida a combatir el antisemitismo y a investigar las acusaciones creíbles de violaciones de los derechos civiles.
(Información de Jonathan Stempel en Chicago; edición de Toby Chopra; editado en español por Patrycja Dobrowolska y Javier López de Lérida)