Por Fabio Teixeira y Ricardo Brito y Luciana Magalhaes
BRASILIA, 10 jul (Reuters) -El presidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo que quería encontrar una solución diplomática a la amenaza del mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 50% a las exportaciones brasileñas, pero se comprometió a responder de igual a igual si entran en vigor el 1 de agosto.
“Primero intentaremos negociar, pero si no hay negociación, se pondrá en práctica la ley de reciprocidad”, dijo Lula en una entrevista a Record TV, citando una ley aprobada recientemente por el Congreso que otorga al presidente poderes para tomar represalias contra las barreras comerciales. “Si nos van a cobrar 50, les cobraremos 50”.
Es poco probable que el presidente anuncie medidas de represalia hasta que se apliquen los aranceles, dijo un diplomático brasileño que pidió el anonimato. “Tenemos hasta el 1 de agosto”, añadió la fuente.
En una carta a Lula publicada el miércoles, Trump vinculó los aranceles con el hecho de que el poder judicial de Brasil iniciara procedimientos legales contra el expresidente Jair Bolsonaro, que está siendo juzgado por acusaciones de planear un golpe de Estado para impedir que Lula asumiera el cargo en 2023, después de que cientos de partidarios pro-Bolsonaro irrumpieran en el Congreso.
Dijo que Bolsonaro era víctima de una “caza de brujas”.
Lula criticó a Bolsonaro por perpetuar las denuncias de persecución judicial, y destacó que el hijo del expresidente, Eduardo Bolsonaro, se despidió de su función en el Congreso, en parte para liderar una campaña a favor de su padre en Estados Unidos.
“El expresidente de la República debería asumir su responsabilidad, porque está de acuerdo con la imposición de aranceles a Brasil por parte de Trump. De hecho, fue su hijo quien viajó allí para influir en la opinión de Trump”, afirmó Lula.
REACCIÓN DEL MERCADO
Lula dijo que el Gobierno creará un comité con empresarios brasileños para “repensar” la política comercial del país con Estados Unidos. También mencionó la nueva ley de reciprocidad de Brasil, aprobada justo después de que Trump hiciera sus primeros anuncios arancelarios en abril, que permite al Gobierno responder con medidas recíprocas en caso de que otros países impongan barreras unilaterales a los productos brasileños.
Más allá de imponer contraaranceles, la ley también permitiría a Lula restringir importaciones, inversiones y suspender derechos de propiedad intelectual de empresas estadounidenses, entre otras medidas.
Estados Unidos es el segundo socio comercial de Brasil después de China y tiene un superávit comercial poco habitual con la mayor economía de América Latina. Aunque el impacto económico general en Brasil pareció limitado, algunos sectores, como la aviación y la banca, sintieron una presión inmediata.
Las acciones de algunas empresas brasileñas cayeron el jueves. El fabricante de aviones Embraer y grandes bancos como Itaú Unibanco y Banco Santander registraron pérdidas.
Los aranceles podrían impactar también en Estados Unidos, alterando los precios de los alimentos, dado el papel de Brasil como uno de los principales exportadores agrícolas de café, jugo de naranja, azúcar, carne vacuna y etanol. El arancel propuesto del 50% detendría de hecho el flujo de café brasileño a Estados Unidos, su mayor comprador, dijeron el jueves a Reuters cuatro fuentes comerciales.
Grupos de presión de la industria brasileña que representan a sectores como el café y el petróleo emitieron declaraciones el jueves, instando a una solución diplomática a la crisis.
“Esperamos que la diplomacia y las negociaciones equilibradas prevalezcan, a pesar de las ideologías y las preferencias personales, y que el sentido común vuelva a guiar la relación entre estas dos grandes naciones soberanas”, dijo en un comunicado Josué Gomes da Silva, presidente del grupo industrial Fiesp de Sao Paulo.
(Reporte de Fabio Teixeira y Ricardo Brito, editado en español por Javier López de Lérida y Daniela Desantis)