Por Norlys Pérez y Mario Fuentes
PUNTA BRAVA, Cuba, 14 jul (Reuters) – En un pequeño pueblo en las afueras de La Habana, el médico cubano Yodermis Díaz amanece a diario frente a una incubadora de moscas soldado negras, un insecto de alto potencial nutritivo, cuyas larvas se comercializan para la alimentación de los peces.
Nada brilla y nada reluce dentro de su rústico local, donde el médico de 51 años dedica largas horas a la crianza de la mosca soldado negra, cuyo nombre hace referencia a la similitud entre el insecto y la vestimenta de los soldados ingleses en los años 60.
Hace más de una década, cientos de millones de dólares se comenzaron a invertir en similares iniciativas en Francia, Países Bajos y Reino Unido, entre otros. Díaz dijo que lo utilizable para vender son sus larvas como alimento para animales y mascotas.
“Un amigo me dio la idea en 2019 después de haber ejercido la medicina interna durante más de 20 años y eso amplió mis horizontes” señaló. “Esto es también una fuente para el control biológico de los desechos sólidos”.
Díaz, quien fue profesor de medicina en la universidad, dijo que está inmerso en la reproducción, desarrollo y comercialización de este insecto. Reuters constató que su equipamiento y herramientas son muy rústicas, muchas de ellas hechas a mano.
Según indicó, las moscas mueren una semana después de producir hasta unos 500 huevos por hembra, que eclosionan en larvas que se transforman en alimento en un ciclo de seis semanas casi sin costo.
Este año, las nuevas sanciones de Estados Unidos han perjudicado al país caribeño en medio de un embargo comercial que dura décadas, seguido de la pandemia e ineficiencias en las políticas locales que dejaron a la isla en una crisis económica con escasez de recursos para importar casi todo.
El año pasado, el gobierno cubano comenzó a estudiar sus beneficios debido a la drástica caída en la importación de alimentos para el ganado.
Las primeras ventas de Díaz ascendieron el pasado año a 300 kilogramos comercializados a 450 pesos el kilo (unos 3,75 dólares), al tipo de cambio oficial. En 2025 espera vender unos 1.000 kilos, afirmó.
“Convertimos esa basura (desechos) en proteínas, en oro para los animales y los desechos en fertilizante”, destacó.
(Editado en español por Nelson Acosta)