Por David Milliken y Suban Abdulla
LONDRES, 16 jul (Reuters) – La tasa anual de inflación de los precios al consumo en Reino Unido subió inesperadamente a su nivel más alto en más de un año, el 3,6%, en junio, frente al 3,4% de mayo, por encima de las expectativas de los economistas, según un sondeo de Reuters, de que la tasa se mantendría sin cambios, según mostraron las cifras oficiales el miércoles.
La inflación británica no ha dejado de aumentar desde que el pasado mes de septiembre tocara un mínimo de tres años del 1,7%, y en mayo el Banco de Inglaterra pronosticó que alcanzaría un máximo del 3,7% en septiembre, casi el doble del objetivo del 2% fijado por el banco central.
El dato de junio de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés) situó el IPC anual en su nivel más alto desde enero de 2025.
El aumento de los costes del transporte, especialmente de los carburantes, fue el factor que más contribuyó a la subida de la tasa de inflación entre mayo y junio, según la ONS.
La libra esterlina subía ligeramente frente al dólar tras conocerse los datos, que podrían presionar al Banco de Inglaterra para que no recorte los tipos de interés en su próxima reunión de agosto.
Anteriormente, el mes de abril supuso un salto especialmente brusco de la inflación hasta el 3,5%, debido a las subidas de las tarifas reguladas de la energía y el agua, un repunte de las tarifas aéreas y la presión al alza sobre el coste de los servicios intensivos en mano de obra por el aumento de los impuestos sobre el empleo y el salario mínimo.
A pesar de ello, el gobernador del BoE, Andrew Bailey, ha dicho que es probable que los tipos de interés sigan una senda gradual a la baja, ya que la debilidad del mercado laboral presiona a la baja el crecimiento salarial y las perspectivas de crecimiento económico siguen siendo mediocres.
El Banco de Inglaterra ha recortado los tipos de interés en cuatro cuartos de punto desde agosto y los economistas encuestados por Reuters preveían el mes pasado dos recortes más de un cuarto de punto este año.
Sin embargo, a algunos responsables del Banco de Inglaterra les preocupa que los desajustes en las cualificaciones del mercado laboral británico y otras limitaciones de la oferta hagan que el crecimiento salarial siga siendo demasiado rápido para que la inflación vuelva a situarse en el objetivo a corto plazo.
La inflación de los precios de los servicios, una medida que el Banco de Inglaterra considera una mejor guía de las presiones sobre los precios generadas internamente que la tasa general del IPC, se mantuvo en el 4,7% en junio, en contraste con las previsiones de los economistas de que cayera al 4,6%.
El Banco de Inglaterra pronosticó en mayo que la inflación volvería a situarse en el objetivo en el primer trimestre de 2027.
(Información de David Milliken; edición de Muvija M; edición en español de María Bayarri Cárdenas)