Por Trevor Hunnicutt y Mariko Katsumura
WASHINGTON/TOKIO, 23 jul (Reuters) -El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alcanzó un acuerdo comercial con Japón que reduce los aranceles sobre las importaciones de automóviles y evita a Tokio nuevos gravámenes punitivos sobre otros bienes a cambio de un paquete de 550.000 millones de dólares de inversiones y préstamos con destino a Estados Unidos.
Se trata del más importante de los acuerdos que Trump ha alcanzado desde que en abril anunciara la imposición de aranceles globales, aunque, al igual que otros tratados, los detalles exactos siguen sin estar claros.
Como parte del acuerdo, Japón comprará 100 aviones Boeing y aumentará el gasto en defensa con empresas estadounidenses de 14.000 millones de dólares anuales a 17.000 millones de dólares, informó un funcionario de la Casa Blanca.
El sector automovilístico japonés, que representa más de una cuarta parte de sus exportaciones a Estados Unidos, verá reducidos los aranceles existentes al 15% desde el 27,5% previos. Los aranceles que debían imponerse a otros productos japoneses a partir del 1 de agosto también se reducirán al 15% desde el 25%.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, dijo en una entrevista con Bloomberg Television que Japón recibió la tasa del 15% en los aranceles automotrices “porque estaban dispuestos a proporcionar este innovador mecanismo de financiamiento” que, según él, no creía que otros países pudieran replicar.
El anuncio hizo que el índice bursátil japonés Nikkei escalara casi un 4% hasta alcanzar su nivel más alto en un año, liderado por las acciones de los fabricantes de automóviles, con Toyota avanzando más de un 14% y Honda casi un 11%.
“Acabo de firmar el mayor ACUERDO COMERCIAL de la historia con Japón”, dijo Trump en su plataforma Truth Social. “Este es un momento muy emocionante para Estados Unidos de América y especialmente por el hecho de que seguiremos teniendo siempre una gran relación con el País de Japón”, añadió.
El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, quien negó el miércoles los informes que indicaban que había decidido renunciar tras una contundente derrota electoral, elogió el acuerdo arancelario como “la tasa más baja entre los países que tienen superávit comercial con Estados Unidos”.
El comercio bilateral entre ambos países alcanzó casi los 230.000 millones de dólares en 2024, con un superávit comercial de casi 70.000 millones de dólares para Japón, que es el quinto mayor socio comercial de Estados Unidos en bienes, según datos de la Oficina del Censo estadounidense.
PAQUETE DE INVERSIÓN
El paquete de inversión estadounidense incluye préstamos y garantías de instituciones afiliadas al Gobierno japonés de hasta 550.000 millones de dólares para permitir a las empresas japonesas “construir cadenas de suministro resistentes en sectores clave como el farmacéutico y el de semiconductores”, dijo Ishiba.
Japón también comprará 8.000 millones de dólares en productos agrícolas y de otro tipo, e incrementará las compras de arroz en un 75%, según el funcionario de la Casa Blanca. Ishiba dijo que la cuota de importaciones de arroz estadounidense podría aumentar en el marco actual, pero que el acuerdo “no sacrificaba” la agricultura japonesa.
El vicegobernador del Banco de Japón, Shinichi Uchida, calificó el acuerdo como un “gran avance” y afirmó que reduce la incertidumbre sobre las perspectivas económicas. Algunos economistas habían pronosticado que los aranceles podrían haber llevado a Japón, la cuarta economía más grande del mundo, a una recesión.
La exuberancia de los mercados financieros se extendió a las acciones de los fabricantes de automóviles surcoreanos y europeos, ya que el acuerdo de Japón avivó el optimismo sobre la posibilidad de alcanzar pactos similares.
Sin embargo, los fabricantes de automóviles estadounidenses mostraron su descontento con el acuerdo y expresaron su preocupación por un régimen comercial que reduce los aranceles sobre las importaciones de automóviles procedentes de Japón y deja en el 25% los aranceles sobre las importaciones procedentes de sus plantas y proveedores en Canadá y México.
“Cualquier acuerdo que imponga un arancel más bajo a las importaciones japonesas sin prácticamente contenido estadounidense que el arancel impuesto a los vehículos fabricados en Norteamérica con un alto contenido estadounidense es perjudicial para la industria y los trabajadores del sector automotriz estadounidense”, dijo Matt Blunt, jefe del American Automotive Policy Council.
El organismo representa a General Motors, Ford y a la matriz de Chrysler, Stellantis.
Japón es el mayor inversor extranjero en Estados Unidos, según datos del gobierno estadounidense, con una inversión de 819.000 millones de dólares a finales de 2024.
En un discurso posterior en la Casa Blanca, Trump también expresó un renovado optimismo respecto a la posibilidad de que Japón forme una empresa conjunta con Washington para apoyar un gasoducto en Alaska, tan anhelado por su administración.
Los asesores de Trump trabajan arduamente para cerrar acuerdos comerciales antes de la fecha límite del 1 de agosto, que Trump ha postergado repetidamente debido a la presión de los mercados y la intensa presión de la industria. Para esa fecha, los países se enfrentarán a nuevos aranceles elevados, además de los que Trump ya ha impuesto desde que asumió el cargo en enero.
(Reporte de Trevor Hunnicutt, Jasper Ward y Mariko Katsumura; Reporte adicional de Makiko Yamazaki, Satoshi Sugiyama, Andrea Shalal, David Shepardson, Vidya Ranganathan y Kevin Buckland; Escrito por James Oliphant y John Geddie; edición en español de María Bayarri Cárdenas y Manuel Farías)