Por Panarat Thepgumpanat y Panu Wongcha-um y Chayut Setboonsarng
BANGKOK/NOM PEN, 24 jul (Reuters) -Tailandia envió un caza F-16 para bombardear objetivos en Camboya el jueves, tras un intercambio de fuego de artillería que acabó con la vida de al menos 11 civiles, en un momento en que la tensión fronteriza degeneró en un inusual conflicto armado entre los dos países del sudeste asiático.
Ambas partes se culparon mutuamente del inicio de un enfrentamiento matutino en una zona fronteriza en disputa, que rápidamente pasó de disparos de armas ligeras a intensos bombardeos en al menos seis puntos separados por 209 kilómetros a lo largo de una frontera cuya soberanía se disputa desde hace más de un siglo.
Tailandia realizó un despliegue de combate poco habitual con seis cazas F-16, uno de los cuales se movilizó para atacar un objetivo militar, una de las medidas que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Camboya calificó de “temeraria y brutal agresión militar”.
El ejército tailandés afirmó que el uso de la fuerza aérea tenía como objetivo golpear con precisión.
Los peores enfrentamientos entre ambos países en 13 años se produjeron después de que Tailandia retiró el miércoles a su embajador en Nom Pen y expulsó al enviado de Camboya después de que un segundo soldado tailandés perdió una extremidad por una mina terrestre que, según Bangkok, fue colocada en fecha reciente por tropas rivales.
Los dos países se están preparando para el conflicto desde la muerte de un soldado camboyano a fines de mayo durante una breve escaramuza, con tropas reforzadas a ambos lados de la frontera en medio de una crisis diplomática que puso al frágil gobierno de coalición tailandés al borde del colapso.
Tailandia declaró que hay 12 víctimas mortales en tres de sus provincias, 11 de ellas civiles, entre ellas un niño de ocho años. Según las autoridades, 31 personas resultaron heridas, mientras que el número de víctimas camboyanas no estaba claro.
“Condenamos el uso de armas pesadas sin un objetivo claro, fuera de las zonas de conflicto, el uso de la fuerza y el incumplimiento del derecho internacional”, dijo a la prensa el primer ministro en funciones de Tailandia, Phumtham Wechayachai.
“Seguimos comprometidos con los medios pacíficos y debe haber discusiones, pero lo que ocurrió fue una provocación y tuvimos que defendernos”, agregó.
(Reporte de Napat Wesshasartar, Chayut Setboonsarng, Panarat Thepgumpanat, Panu Wongcha-um y Pasit Kongkunakornkul en Bangkok, Chantha Lach en Nom Pen, Khanh Vu en Hanói, Mikhail Flores en Manila y Rozanna Latiff en Kuala Lumpur; escrito por Devjyot Ghoshal, Saad Sayeed y Martin Petty; editado en español por Jorge Ollero y Carlos Serrano)