Por Yosri, Aljamal y Nuha Sharaf
SUSIYA, Cisjordania, 30 jul (Reuters) – Los palestinos de la aldea de Susiya, en la Cisjordania ocupada por Israel, pensaban que la vida no podía empeorar, ya que los colonos judíos les atacaban repetidamente y destrozaban sus preciados olivares.
Pero después, colonos armados con cuchillos se lanzaron contra sus fuentes de agua, según dijeron los aldeanos.
“Quieren que vivamos sin agua y aquí también han cortado los cables eléctricos”, dijo Mousa Mughnem, de 67 años, que vive con su esposa Najah, de 60, en el pueblo, cercano a la ciudad de Hebrón.
Los palestinos de Cisjordania han denunciado la creciente violencia de los colonos israelíes desde que estalló la guerra entre Israel y el grupo militante palestino Hamás en Gaza el 7 de octubre de 2023.
Las autoridades palestinas, que ejercen un autogobierno limitado en partes de Cisjordania, afirman que los colonos intentan obligar a los palestinos a abandonar sus tierras para apoderarse de ellas.
Envalentonados por algunos ministros del gobierno israelí de extrema derecha que pretenden anexionarse Cisjordania, los colonos han agredido a agricultores palestinos, talado árboles e incendiado preciosos olivares.
Jihad Al-Nawajaa, jefe del consejo de la aldea de Susiya, declaró que la escasez de agua se ha vuelto insoportable. “Si no tenemos agua aquí, no sobreviviremos. Nos hacen pasar sed para expulsarnos, y su objetivo es expulsar a la gente”, afirmó.
Los residentes de Susiya acusan a los colonos israelíes de cortar las tuberías de agua y los cables, talar sus olivos e impedirles pastorear sus ovejas.
En respuesta a una petición de Reuters para que comente los ataques de los colonos en Susiya, el ejército israelí dijo que se enviaron soldados para hacer frente a cualquier problema y que habían expulsado a los ciudadanos israelíes implicados.
“En cuanto al incidente más reciente, ocurrido el lunes (28 de julio), se utilizó el mismo protocolo y no se registraron heridos”, declaró el ejército.
Los palestinos han cultivado olivos durante generaciones y los consideran un símbolo perdurable de su identidad nacional.
Algunos aldeanos, como Najah Mughnem, se muestran desafiantes y afirman que seguirán apegados a su tierra y sus olivos hagan lo que hagan los colonos. “Aunque quemen, corten los árboles o causen daños, no nos iremos”, afirmó.
B’Tselem, organización israelí de derechos humanos, informó de unos 54 ataques de colonos a la aldea desde el 7 de octubre de 2023, cuando militantes dirigidos por Hamás atacaron Israel desde Gaza, matando a 1.200 personas y tomando 251 rehenes.
La respuesta militar de Israel ha matado a más de 60.000 personas en Gaza, según las autoridades sanitarias del enclave.
“Tenemos miedo (…) Nos pasamos los días y las noches nerviosos, apenas dormimos”, dijo Fawziyeh Al-Nawajaa, de 58 años, habitante de Susiya.
El pueblo se extiende por varias laderas rocosas entre un asentamiento judío al sur y un yacimiento arqueológico judío al norte, tierras que Israel ocupa desde la guerra de Oriente Medio de 1967.
(Escrito por Nayera Abdalá; editado en español por Carlos Serrano)