LONDRES, 1 ago (Reuters) – Reino Unido y 13 aliados, entre ellos Estados Unidos y Francia, condenaron el jueves lo que calificaron de aumento de los planes de asesinato, secuestro y acoso por parte de los servicios de inteligencia iraníes contra personas en Europa y Norteamérica.
“Estamos unidos en nuestra oposición a los intentos de los servicios de inteligencia iraníes de asesinar, secuestrar y acosar a personas en Europa y Norteamérica, en una clara violación de nuestra soberanía”, dijeron los países en un comunicado conjunto.
Los gobiernos de Albania, Austria, Bélgica, Canadá, Chequia, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Países Bajos, España, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos pidieron a las autoridades iraníes que pusieran fin de inmediato a estas actividades ilegales.
Afirmaron que estas medidas se llevan a cabo cada vez más en colaboración con redes delictivas internacionales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán rechazó las acusaciones como “flagrantes invenciones y una táctica de distracción, parte de una campaña maliciosa de iranofobia dirigida a presionar al pueblo iraní”.
“Estados Unidos, Francia y los demás firmantes de la declaración antiraní deben rendir cuentas por su apoyo y acogida de grupos terroristas y violentos, lo que constituye una violación del derecho internacional y un apoyo al terrorismo”, dijo el viernes en un comunicado el portavoz del ministerio, Esmail Baghaei.
Al parecer, se refería a los grupos armados de oposición antiiraníes con sede en Europa, como los Moyahedin-e Jalq, que en su día fueron designados como organización terrorista por Estados Unidos y la UE y ahora operan libremente en Occidente.
Desde principios de 2022, Reino Unido afirma haber desbaratado más de 20 complots vinculados a Irán para secuestrar o asesinar a personas en el Reino Unido, incluidos ciudadanos británicos y otras personas que Teherán considera una amenaza.
En octubre, Reuters informó de que Irán estaba detrás de una oleada de intentos de asesinato y secuestro en Europa y Estados Unidos.
En marzo, el Gobierno británico anunció que exigiría al Estado iraní que registrara todas las actividades de influencia política, basándose en un comportamiento cada vez más agresivo de los servicios de inteligencia de Teherán.
(Información de Sam Tabahriti; edición de Giles Elgood, Kirsten Donovan y Michael Perry; editado en español por Patrycja Dobrowolska)