RIO DE JANEIRO, 3 ago (Reuters) – Simpatizantes del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, acusado de planear un golpe de Estado tras perder las elecciones generales de 2022, se concentraron este domingo en varias ciudades brasileñas para protestar contra el magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF) Alexandre de Moraes y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Los manifestantes pidieron una “amnistía” para los implicados en el supuesto intento de golpe de Estado días después de la investidura de Lula en enero de 2023.
El líder ultraderechista Bolsonaro no asistió personalmente a las manifestaciones, pero fue puesto al teléfono por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, durante la protesta en Río de Janeiro. El expresidente, que se encuentra en arresto domiciliario, lleva una tobillera electrónica y no puede salir de su casa los fines de semana y días festivos, según una orden del juez Moraes.
En marzo, un panel de cinco jueces del STF decidió por unanimidad llevar a Bolsonaro a juicio por supuesta conspiración para derrocar a Lula. Si es declarado culpable en el proceso judicial previsto para finales de este año, Bolsonaro podría enfrentarse a una larga pena de prisión.
El mes pasado, Moraes impuso medidas cautelares contra Bolsonaro porque creía que él y su hijo, Eduardo, un legislador electo que ahora vive en Estados Unidos, habían colaborado con las autoridades estadounidenses para tratar de interferir en los asuntos brasileños.
La semana pasada, la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, impuso un arancel del 50% a la mayoría de los productos brasileños, alegando una “caza de brujas” contra Bolsonaro.
También impuso sanciones financieras contra Moraes en virtud de la Ley Magnitsky, que permite a Estados Unidos imponer sanciones económicas contra extranjeros que considere que tienen antecedentes de corrupción o abusos contra los derechos humanos.
Moraes es el magistrado ponente en el caso en el que Jair Bolsonaro es acusado.
(Reportaje de Tatiana Ramil en São Paulo y Rodrigo Viga Gaier en Río de Janeiro; Redacción de Ana Mano; Editado en español por Juana Casas)
