Por Marcela Ayres, Bernardo Caram y Lisandra Paraguassu
BRASILIA, 4 ago (Reuters) – El Gobierno de Brasil ha dejado de lado por ahora los planes de represalias directas por los aranceles de Estados Unidos que entran en vigor esta semana, centrándose en cambio en un paquete de alivio para las industrias más afectadas por los gravámenes, dijeron fuentes familiarizadas con la estrategia.
Las amplias exenciones concedidas en el decreto de Donald Trump la semana pasada libraron a algunos de los sectores más vulnerables de la mayor economía de América Latina, para alivio de muchos inversores y líderes empresariales.
Eso ha dejado a Brasilia cauta a la hora de responder a Trump con aranceles recíprocos u otras represalias que podrían escalar la tensión, dijeron funcionarios del Gobierno, que solicitaron el anonimato para discutir deliberaciones confidenciales.
Es probable que las conversaciones con Washington sean lentas y complejas, dijo una de las fuentes, por lo que el Gobierno de Brasil está priorizando el alivio inmediato para los exportadores a través de líneas de crédito públicas y otros apoyos para la financiación de las ventas.
Otro funcionario dijo que el Gobierno está estudiando posibles respuestas a los aranceles que afectarían a las empresas estadounidenses, pero las considera un último recurso si fracasan las negociaciones.
Entre esas posibles contramedidas, que ahora se están estudiando, podría figurar la suspensión del pago de cánones por patentes farmacéuticas, dijeron dos fuentes.
El Gobierno había señalado el año pasado que estaba preparando un nuevo impuesto que podría afectar a las grandes empresas tecnológicas estadounidenses, pero luego archivó el plan para evitar enemistarse con Trump antes de su anuncio de aranceles de abril.
En aquel momento, Brasil tenía un arancel del 10%, uno de los más bajos del mundo, que muchos atribuyeron a un prolongado superávit comercial de Estados Unidos con el país sudamericano.
Trump vinculó un arancel del 50% en julio a lo que llamó una “caza de brujas” contra el expresidente Jair Bolsonaro, un aliado de derecha enjuiciado por un presunto complot golpista para anular su derrota electoral de 2022.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo inicialmente que respondería bajo la Ley de Reciprocidad Económica del país, aprobada por el Congreso para proporcionar fundamentos legales para contramedidas contra sanciones comerciales, alimentando especulaciones sobre represalias. Pero las conversaciones sobre una acción recíproca se han desvanecido.
Las exenciones arancelarias concedidas a las industrias brasileñas de aviación, energía y minería se tomaron en Brasilia como una prueba de que la diplomacia paciente y el cabildeo de las empresas estadounidenses afectadas en busca de alivio era la mejor manera de obtener resultados en Washington.
Por ahora, el Gobierno está afinando medidas para proteger a los sectores más perjudicados por los aranceles estadounidenses que entrarán en vigor el miércoles, ampliando el alivio financiero a las empresas que ya afrontan contratos cancelados.
Los funcionarios han dicho que el paquete incluirá probablemente líneas de crédito y posibles ajustes en el seguro de crédito a la exportación y los mecanismos de financiación de las exportaciones, según una de las fuentes.
(Reporte de Marcela Ayres, Bernardo Caram y Lisandra Paraguassu; editado en español por Javier Leira)