Por David Lawder y Andrea Shalal
7 ago (Reuters) -Los elevados aranceles impuestos por el presidente Donald Trump a decenas de países entraron en vigor el jueves, elevando el gravamen promedio de importación de Estados Unidos a un máximo de un siglo y dejando a grandes socios comerciales como Suiza, Brasil e India buscando de forma apresurada un mejor acuerdo.
La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos comenzó a cobrar el sobrecargo del 10% al 50% a las 0401 GMT, tras semanas de suspenso sobre las cifras finales y frenéticas negociaciones con países que buscan bajarlos.
Los líderes de Brasil e India prometieron no dejarse amedrentar por la dura posición negociadora de Trump, a pesar incluso de que sus negociadores buscan un aplazamiento de los niveles arancelarios más altos.
Los nuevos gravámenes pondrán a prueba la estrategia de Trump para reducir los déficits comerciales de Estados Unidos sin causar disrupciones masivas en las cadenas de suministro mundiales o provocar una mayor inflación y duras represalias de los socios comerciales.
Tras desvelar sus aranceles del “Día de la Liberación” en abril, Trump ha modificado con frecuencia sus planes, imponiendo tasas mucho más elevadas a las importaciones de algunos países, como el 50% a los productos procedentes de Brasil, el 39% a Suiza, el 35% a Canadá y el 25% a India.
El miércoles anunció un nuevo arancel del 25% a los productos indios, que se aplicará en 21 días por sus compras de petróleo ruso, además del 25% ya fijado.
“BILLONES DE DÓLARES, EN GRAN PARTE DE PAÍSES QUE SE HAN APROVECHADO DE ESTADOS UNIDOS DURANTE MUCHOS AÑOS, RIENDO TODO EL TIEMPO, EMPEZARÁN A FLUIR HACIA ESTADOS UNIDOS”, escribió Trump en su plataforma Truth Social justo antes de la fecha límite de los aranceles.
Los aranceles son pagados en última instancia por las empresas que importan las mercancías y repercutidos total o parcialmente a los consumidores de los productos finales.
El principal negociador comercial de Trump, Jamieson Greer, dijo que Washington busca revertir décadas de políticas que debilitaron la capacidad manufacturera y la fuerza de trabajo estadounidense y que muchos otros países comparten la preocupación por los desequilibrios macroeconómicos.
“Las reglas del comercio internacional no pueden ser un pacto suicida”, escribió Greer en una columna publicada por The New York Times. “Al imponer aranceles para reequilibrar el déficit comercial y negociar reformas significativas que constituyen la base de un nuevo sistema internacional, Estados Unidos ha demostrado un liderazgo audaz”.
“NUEVO EQUILIBRIO”
Ocho grandes socios comerciales que representan cerca del 40% de los flujos comerciales de Estados Unidos cerraron acuerdos marco para concesiones comerciales y de inversión con Trump, entre ellos la Unión Europea, Japón y Corea del Sur, reduciendo sus tasas arancelarias base al 15%.
Reino Unido obtuvo una tasa del 10%, mientras que Vietnam, Indonesia, Pakistán y Filipinas aseguraron reducciones arancelarias al 19% o 20%.
“Habrá una cierta reordenación de la cadena de suministro. Habrá un nuevo equilibrio. Los precios subirán aquí, pero tardarán un tiempo en manifestarse de forma significativa”, afirmó William Reinsch, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, agregando que los países con aranceles muy elevados “seguirán intentando arreglarlo”.
La presidenta de Suiza, Karin Keller-Sutter, declaró que continuarán las conversaciones con Estados Unidos, después de regresar a su país con las manos vacías tras un viaje de última hora a Washington para tratar de evitar los altos aranceles.
También fracasó un intento de última hora de Sudáfrica de mejorar su oferta a cambio de un gravamen más bajo. Los equipos de negociación comercial de los dos países seguirán hablando, según la oficina del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa.
Vietnam indicó que las reuniones con Estados Unidos continuarán para intentar reducir más los aranceles, tras negociar una rebaja al 20% desde el 46% impuesto en abril.
Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo a Reuters el miércoles que no se humillará buscando una llamada telefónica con Trump, incluso a pesar de que indicó que su gobierno continuará las conversaciones a nivel de gabinete para reducir una tasa arancelaria del 50%.
El primer ministro indio, Narendra Modi, se mostró igualmente desafiante, afirmando que no comprometerá los intereses de los agricultores del país. La presión también ha reforzado el compromiso indio con una “asociación estratégica” con Rusia y se anunció una próxima visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a finales de año.
Algunos países también se unieron para hacer frente a Trump y Lula dijo que llamará a los líderes de India y China para discutir una respuesta conjunta de los BRICS a los aranceles. India dijo el miércoles que Modi visitará China por primera vez en siete años.
Los gravámenes estadounidenses forman parte de una estrategia de varios niveles que incluye aranceles sectoriales basados en la seguridad nacional sobre semiconductores, productos farmacéuticos, automóviles, acero, aluminio, cobre, madera y otros bienes. Trump dijo el miércoles que los aranceles sobre los chips podrían alcanzar el 100%.
China está en una vía separada y se enfrentará a un posible aumento arancelario el 12 de agosto a menos que Trump apruebe una extensión de una tregua previa. Trump ha dicho que podría imponer gravámenes extra sobre las compras de petróleo ruso por parte de China, en su intento de presionar a Moscú para que ponga fin a su guerra en Ucrania.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, dijo en Fox Business Network que espera que los ingresos por aranceles alcancen los 50.000 millones de dólares al mes y que se esperan más alzas para semiconductores y productos farmacéuticos que deberían anunciarse pronto.
El aumento de los aranceles llevará las tasas promedio de Estados Unidos a cerca del 20%, las más altas en un siglo y por encima del 2,5% cuando Trump asumió el cargo en enero, según el Atlantic Council.
(Escrito por Charlie Devereux; editado en español por María Bayarri y Carlos Serrano)