Por Marc Frank y y Mario Fuentes
LA HABANA, 11 ago (Reuters) – El peso cubano se negociaba el lunes en el mercado informal de divisas a un mínimo histórico de 400 por un dólar, en momentos en que la dolarización parcial de la economía estatal cobra fuerza, avivando las tensiones en medio de la escasez, inflación galopante y el deterioro de la infraestructura y los servicios.
El gobierno cubano atribuye principalmente la actual crisis, que ha provocado una contracción del 11% de la economía desde 2019, a las crecientes sanciones de Estados Unidos, dirigidas a los ingresos en divisas.
Algunos críticos sostienen que se debe también a la lenta reforma de la economía centralizada dominada por el Estado, mientras el peso se ha depreciado casi un 25% este año, según El Toque, un sitio independiente con sede en Miami visto por residentes en la isla.
El dólar cotizaba a 305 pesos el 1 de enero y a 40 pesos cuando comenzó el rastreador independiente en 2021.
La debilidad de la moneda local este año coincide con las medidas del Gobierno para abrir tiendas minoristas bien surtidas que solo aceptan divisas en efectivo, tarjetas de crédito extranjeras o una tarjeta en dólares emitida por el Estado.
LOS QUE NO TIENEN
Funcionarios gubernamentales han reconocido que la dolarización y la inflación han aumentado la desigualdad en el país, donde alrededor del 40% de la población no tiene acceso a divisas a través de remesas u otras fuentes.
La población sin acceso a dólares generalmente no gana lo suficiente en empleos estatales o con sus pensiones para comprar ni siquiera la menguante oferta estatal de bienes y servicios en pesos.
“Para sortear esta situación (económica), nos hemos visto obligados a aceptar la dolarización parcial de la economía”, dijo el presidente Miguel Díaz-Canel en julio en la Asamblea Nacional (Parlamento).
“Esto indudablemente favorece a quienes poseen determinados recursos de capital o reciben remesas, lo que se traduce en un indeseado ensanchamiento de las brechas de la desigualdad social”, añadió.
Cuba mantiene un tipo de cambio fijo de 24 pesos por dólar, más un tipo de cambio discrecional de 120 pesos, que se utiliza cada vez más para intercambiar dinero con turistas y fijar precios de bienes y servicios subsidiados, como el transporte público y la gasolina.
“Aquí, casi todo está en dólares. El dinero cubano no sirve para comprar comida y casi nada más (…). No tengo ni un solo dólar”, dijo Freddy Portillo, una jubilada de 70 años con pensión de 1.500 pesos, mientras caminaba por una zona comercial de La Habana.
(Reporte adicional de Anett Ríos y Marc Frank; REUTERS NAB JIC/)