Migrantes detenidos en redadas en granjas de marihuana relatan la pesadilla que vivieron

Por Lizbeth Diaz

13 ago (Reuters) – Yahir recuerda haber crecido en México sin cama ni estufa. No tuvo un par de zapatos hasta los 10 años, y a mediados de la década de 1990, cuando tenía 13 años, cruzó ilegalmente a Estados Unidos con un grupo en busca de trabajo.

Se estableció en California y trabajó en granjas por todo el estado. Conoció a su esposa y tuvo seis hijos, el mayor de los cuales ahora tiene 15 años.

Luego, el 10 de julio, Yahir, de 43 años, fue detenido mientras trabajaba en una granja de cannabis en el sur de California, en una de las redadas de inmigración más grandes desde que el presidente estadounidense Donald Trump asumió el cargo.

“Fue como ver una pesadilla, pero estaba despierto”, dijo Yahir, con la piel manchada por el sol tras trabajar en el campo, apenas horas después de ser deportado a Tijuana. Yahir pidió no revelar su apellido para proteger a su familia en Estados Unidos.

Mientras Trump intensifica sus esfuerzos de deportación frente migrantes que se encuentran sin permiso de residencia en el país, los mexicanos —la mayor población sin estatus migratorio en Estados Unidos— viven con miedo. Son arrestados en restaurantes, granjas, tiendas Home Depot y 7-Eleven.

Un sorprendente 42% de los adultos latinos está preocupado de que ellos, o alguien cercano a ellos, pueda ser deportado, según una encuesta del Pew Research Center de principios de este año.

La semana pasada, la administración de Trump solicitó a la Corte Suprema que detuviera una orden judicial que restringe las detenciones de migrantes en función del idioma que hablan o dónde trabajan.

Yahir dijo que sabía de otros inmigrantes que estaban siendo deportados. “Nunca pensé que me pudiera pasar a mí”, dijo, y añadió que no tenía antecedentes penales. Reuters no pudo confirmar su versión de forma independiente.

Más de 360 presuntos infractores migratorios fueron detenidos durante las redadas en granjas de marihuana del 10 de julio en el sur de California. Un trabajador inmigrante murió tras caer desde nueve metros del techo de un invernadero.

El presidente del sindicato United Farm Workers criticó las redadas, diciendo que “aterrorizan a las comunidades estadounidenses, interrumpen la cadena de suministro de alimentos estadounidense, amenazan vidas y separan familias”.

“MI VIDA YA NO ESTÁ AQUÍ”

Manuel, de 32 años, otro trabajador de la finca Camarillo, dijo que se escondió entre plantas de marihuana en un invernadero durante cinco horas hasta que los agentes cortaron las cerraduras de la puerta. Un agente con uniforme militar lo golpeó en la cabeza y le puso una pistola en el pecho, afirmó.

Manuel se negó a compartir su apellido porque espera algún día regresar legalmente a Estados Unidos. Se quedó en ese país después de que expirara su visa de turista en 2023.

El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) dijo que no podía comentar sobre las acusaciones de Manuel sin más pruebas.

Tras su arresto, Manuel pasó de un centro de detención a otro y finalmente terminó en uno en Adelanto, a unos 96 kilómetros al este de Los Ángeles, donde, según dijo, durmió en el suelo de una celda helada que apestaba a orina. “La tortura era más mental, pero sí era horrible”, confesó.

Los congresistas demócratas que visitaron el centro de casi 2,000 camas en junio criticaron sus condiciones y dijeron que algunos detenidos no pudieron conseguir ropa limpia ni toallas durante más de una semana.

En un comunicado, el DHS retrucó: “Las acusaciones sobre el centro de detención de Adelanto son falsas. Todos los detenidos reciben alimentación adecuada, tratamiento médico y tienen la oportunidad de comunicarse con sus familiares y abogados”.

185,000 personas han sido deportadas de Estados Unidos durante el segundo gobierno de Trump, de acuerdo a cifras oficiales.

Manuel y Yahir fueron deportados a Tijuana. Manuel regresó a su pueblo natal en el estado Oaxaca, pero Yahir permanece en Tijuana, sin saber qué hacer. Nunca había estado tanto tiempo separado de sus hijos, dijo.

“Soy mexicano, pero mi vida, desde hace mucho tiempo, ya no está aquí”, dijo. “Todos mis recuerdos son de cuando era un niño”.

(Reporte de Lizbeth Díaz; Reporte adicional de Ted Hesson en Washington DC; Editado por Emily Green, Aurora Ellis y Diego Oré)

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