Bolivia elige presidente mientras apoyo a la izquierda decae

Por Lucinda Elliott y Monica Machicao

LA PAZ, 17 ago (Reuters) – Los votantes bolivianos se preparaban el domingo para participar en unas elecciones generales teñidas por una inflación en su nivel más alto en cuatro décadas y la ausencia del expresidente izquierdista Evo Morales, al que se le ha prohibido postularse.

A la cabeza de la carrera electoral se encuentran los candidatos conservadores de la oposición Samuel Doria Medina, un magnate empresarial, y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, pero ninguno de ellos cuenta con más del 30 por ciento de apoyo, según las encuestas, que indican que cerca de una cuarta parte de los bolivianos siguen indecisos.

Los sondeos muestran que el Movimiento al Socialismo (MAS), actualmente en el poder en Bolivia, podría sufrir su primera derrota en casi dos décadas.

El apoyo a los candidatos afiliados al MAS y a otros postulantes de izquierda está por detrás de la oposición, con un total cercano al 10 por ciento, según la última encuesta de Ipsos CEISMORI publicada en agosto.

Si ningún candidato presidencial obtiene más del 40 por ciento de los votos con una ventaja de 10 puntos porcentuales, las elecciones pasarán a una segunda vuelta el 19 de octubre.

Evo Morales, cofundador del MAS y presidente del país entre 2006 y 2019 bajo la bandera de este partido, no podrá presentarse a la reelección como presidente.

Las mesas electorales abrirán el domingo a las 0800 hora local (1200 GMT), y cerrarán a las 1600 horas, mientras se espera que los primeros resultados se den a conocer después de las 2100 horas. Los resultados oficiales completos se informarán en un plazo de siete días.

Los votantes también elegirán a los 26 senadores y 130 diputados del Congreso. Los funcionarios asumirán sus cargos el 8 de noviembre.

Con un abarrotado campo electoral de ocho candidatos presidenciales y ningún postulante dominante del MAS, las elecciones marcan un “momento decisivo” para Bolivia, según Glaeldys González Calanche, analista de la organización Crisis Group para la región andina.

La frágil economía de Bolivia es la principal preocupación de los votantes antes de las elecciones. Las subidas de precios han superado a las de otros países latinoamericanos este año, y el combustible y los dólares escasean.

La inflación anual se duplicó hasta alcanzar el 23 por ciento en junio, frente al 12 por ciento de enero, y algunos bolivianos han recurrido a las criptomonedas como cobertura.

Muchos bolivianos, especialmente aquellos que trabajan en la economía informal, ahora tienen dificultades para llegar a fin de mes, dijo el economista Roger López.

“Ahora los precios de la canasta familiar están subiendo y están subiendo aceleradamente”, dijo López.

Muchos podrían optar por castigar al MAS el domingo, creando una oportunidad para los centristas, la derecha o una facción de izquierda liderada por el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez.

“Cada año la situación empeoró y empeoró (…) No hay oportunidad de trabajo”, dijo Silvia Morales, de 30 años, que trabaja en un comercio minorista de La Paz. La exvotante del MAS dijo que esta vez votaría por la centroderecha.

Carlos Blanco Casas, un profesor de 60 años de La Paz, dijo que también tenía la intención de votar por un cambio. “Hay necesidad de un golpe de timón. Veo que estas elecciones están con esperanza ante todo”, afirmó.

Quiroga ha prometido un “cambio radical” para revertir lo que él llama “20 años perdidos” bajo el gobierno del MAS y apoya recortes profundos en el gasto público y un alejamiento de las alianzas con Venezuela, Cuba y Nicaragua. El candidato fue presidente durante un año, entre 2001 y 2002, después de que el líder de ese momento renunciara.

Doria Medina, por su parte, ofrece un enfoque más moderado y se ha comprometido a estabilizar la economía en 100 días.

En tanto, en la izquierda, el voto se divide entre el candidato oficial del partido MAS, Eduardo del Castillo, respaldado por el presidente saliente Luis Arce, y Rodríguez, que se ha distanciado del partido y se presenta por su cuenta.

Morales, de 69 años, ha llamado al boicot de las elecciones, pero los analistas afirman que su influencia está decayendo.

“Hay un apoyo generalizado a las elecciones”, afirmó Calanche. “El grueso de los bolivianos lo ve como un momento clave y decisivo para llevar al país a la recuperación económica”, agregó.

(Reporte de Lucinda Elliott en Montevideo y Mónica Machicao en La Paz. Reporte adicional de Camille Ayral en Ciudad de México. Traducido por Daniel Ramos. Editado en español por Lucila Sigal)

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