Por William Schomberg y David Milliken
LONDRES, 20 ago (Reuters) – La inflación británica alcanzó en julio su nivel más alto en 18 meses, al aumentar del 3,6% de junio al 3,8%, según mostraron el miércoles datos oficiales, lo que vuelve a dejar al país con el mayor problema de crecimiento de precios entre las grandes economías ricas del mundo.
Además de la subida de la tasa general, que fue la más alta desde enero de 2024, la inflación en el sector servicios británico —que el Banco de Inglaterra vigila de cerca— se aceleró hasta el 5%, desde el 4,7% del mes anterior.
El Banco de Inglaterra esperaba que la inflación general subiera al 3,8% en julio y que los precios de los servicios aumentaran un 4,9%. Los economistas encuestados por Reuters esperaban mayoritariamente tasas del 3,7% y el 4,8%, respectivamente.
La libra esterlina subía ligeramente tras la publicación de los datos.
El Banco de Inglaterra (BoE, por su acrónimo en inglés) recortó los tipos de interés este mes, aunque tras una ajustada votación de 5-4 de los dirigentes monetarios, y el Comité de Política Monetaria señaló que podría ralentizar el ritmo ya gradual de su reducción de los costes de endeudamiento debido a la persistencia de la inflación.
Según Martin Sartorius, economista jefe de la Confederación de la Industria Británica, “los datos de inflación de hoy reforzarán la prudencia del Comité de Política Monetaria a la hora de recortar los tipos de interés en el futuro”.
“Aunque se prevé que la inflación disminuya el próximo año, el riesgo de efectos secundarios significa que el Comité de Política Monetaria no se apresurará a relajar la política a corto plazo.”
La inflación británica es superior a la de Estados Unidos, donde se mantuvo en el 2,7% en julio, y a la de la zona euro, donde se espera que se mantenga en torno al objetivo del 2% del Banco Central Europeo en los próximos años.
En cambio, el Banco de Inglaterra cree que la inflación de Reino Unido alcanzará el 4% en septiembre, el doble de su objetivo, y se mantendrá por encima del 2% hasta mediados de 2027.
Parte de la diferencia con la inflación de otros países refleja la forma en que se regulan en Reino Unido los precios de la energía y otros servicios públicos. Las fuertes subidas de las facturas de los servicios públicos en abril han impulsado las comparaciones de la inflación interanual.
El mercado laboral relativamente estrecho de Reino Unido, que según los economistas se ha vuelto más rígido desde el Brexit, también está presionando al alza los precios. El crecimiento de los salarios en Reino Unido se ha ralentizado, pero en torno al 5% es demasiado alto para que el BoE se sienta cómodo con que la inflación de los precios al consumidor vuelva rápidamente al 2%.
Además, los empresarios dicen que una subida de impuestos en abril y un gran aumento del salario mínimo los están obligando a subir los precios.
Los datos del miércoles mostraron que el mayor contribuyente al aumento de la inflación en julio fue el transporte, en particular las tarifas aéreas.
Los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas —que, según el Banco de Inglaterra, influyen mucho en la opinión pública sobre las perspectivas de inflación— subieron un 4,9% respecto al año anterior, la mayor subida desde febrero de 2024.
(Redacción de William Schomberg; edición de Toby Chopra y Emelia Sithole-Matarise; edición en español de Jorge Ollero Castela)