Deniegan libertad condicional para Lyle Menéndez tras 35 años en prisión por muerte de sus padres

Por Steve Gorman

LOS ÁNGELES, EEUU, 22 ago (Reuters) – El viernes se denegó la libertad condicional a Lyle Menéndez, encarcelado 35 años con su hermano Erik por el asesinato con escopeta de sus padres en 1989 en su casa de Beverly Hills, un día después de que se tomara la misma decisión contra su hermano menor.

La decisión fue anunciada por el Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California, organismo del que depende la Junta Estatal de Audiencias de Libertad Condicional, al término de un procedimiento de más de 11 horas.

Los comisionados de libertad condicional asignados al caso llegaron a la conclusión de que sigue habiendo indicios de que Lyle Menéndez, de 57 años, supondría un riesgo para el público si quedaba en libertad, según los detalles de la vista facilitados a los medios a través de un reportero.

Menéndez, vestido con un traje azul de presidiario, compareció por video desde un centro penitenciario de San Diego donde está encarcelado.

A su hermano menor Erik, de 54 años, se le denegó la libertad condicional tras una sesión similar de 10 horas celebrada el jueves. Ambos podrán solicitar de nuevo la libertad condicional dentro de tres años.

Los hermanos fueron condenados por asesinato en primer grado en un juicio celebrado hace tres décadas que atrajo una intensa atención mediática nacional.

Admitieron haber disparado mortalmente a sus padres, José y Kitty Menéndez, el 20 de agosto de 1989, con escopetas del calibre 12 mientras la pareja veía la televisión en el salón de su casa. No obstante, los hermanos aseguran que actuaron en defensa propia, temiendo por sus vidas tras años de abusos sexuales por parte de su padre, un rico ejecutivo de la industria del entretenimiento, y de abusos emocionales por parte de su madre. Los hermanos tenían entonces 21 y 18 años.

La fiscalía argumentó que los asesinatos estaban fríamente calculados y motivados por la codicia, concretamente por el deseo de los hermanos de heredar la multimillonaria fortuna de sus padres.

La comisaria de Libertad Condicional, Julie Garland, dijo que la naturaleza “cruel” de los asesinatos, así como los esfuerzos de Lyle Menéndez por encubrir su participación en el crimen, siguieron siendo factores determinantes de la denegación.

En una lacrimógena declaración final antes de la decisión de la junta, Menéndez dijo estar “profundamente arrepentido de quién fui (…) por el daño que todos han soportado”.

Aunque sus expresiones de remordimiento parecen genuinas, hay “luchas con rasgos de personalidad antisocial como el engaño, la minimización y el incumplimiento de las normas que se esconden bajo esa superficie positiva”, dijo Garland a Menéndez al final de la audiencia.

Los comisarios centraron gran parte de su atención durante el proceso en el uso reiterado de teléfonos móviles de contrabando por parte de ambos hermanos, en contravención de las normas penitenciarias.

“Las personas encarceladas que infringen las normas tienen más probabilidades de infringirlas en la sociedad”, dijo Garland.

Varios familiares cercanos hablaron en nombre de los hermanos durante las vistas en apoyo de su puesta en libertad por el bien de la recuperación familiar.

Los dos han estado detenidos desde marzo de 1990 y fueron condenados originalmente en julio de 1996 a dos cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de libertad condicional.

Sus condenas se redujeron en mayo a 50 años a cadena perpetua en virtud de la ley de delincuencia juvenil de California, que se aplica a los acusados que tenían menos de 26 años cuando cometieron un delito, lo que les permite optar a la libertad condicional al cumplir la mitad de su condena.

(Editado en español por Carlos Serrano)

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