Trump dice en reunión con presidente de Corea del Sur que quiere reunirse con Kim

Por David Brunnstrom y Hyunjoo Jin

WASHINGTON/SEÚL, 25 ago (Reuters) -El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el lunes que quiere reunirse con el líder norcoreano Kim Jong Un este año y que está abierto a nuevas conversaciones comerciales con Corea del Sur, pese a una serie de críticas contra su aliado asiático.

“Me gustaría reunirme con él este año”, dijo Trump a periodistas en el Salón Oval mientras daba la bienvenida al nuevo presidente de Corea del Sur, Lee Jae Myung, a la Casa Blanca. “Espero reunirme con Kim Jong Un en el futuro, cuando sea oportuno”.

Trump y Lee celebraron su primera reunión en un ambiente tenso. Trump había expresado más temprano quejas en las redes sociales sobre una “purga o revolución” en Corea del Sur, antes de retractarse y calificarlo como un probable “malentendido”.

A pesar de haber cerrado un acuerdo comercial en julio que eximió a las exportaciones surcoreanas de aranceles más severos, las partes siguen discutiendo sobre energía nuclear, gasto militar y detalles de un acuerdo que incluía 350.000 millones de dólares en inversiones surcoreanas prometidas en Estados Unidos.

Tras reunirse con Trump, Lee asistió a un foro empresarial con funcionarios del Gobierno federal y directores ejecutivos de compañías surcoreanas y más de 20 empresas estadounidenses, entre ellas Carlyle Group, Nvidia, Boeing, GE Aerospace, Honeywell y General Motors.

Fuentes consultadas por Reuters indicaron que la aerolínea de bandera de Corea del Sur, Korean Air, anunciaría un pedido de unos 100 aviones de Boeing.

Desde la toma de posesión de Trump en enero, Kim ha ignorado sus repetidos llamamientos para reactivar la diplomacia directa que el republicano llevó a cabo durante su primer mandato, que no dio lugar a ningún acuerdo para detener el programa nuclear de Corea del Norte.

La retórica de Corea del Norte se ha intensificado, con Kim prometiendo acelerar su programa nuclear y condenando las maniobras militares conjuntas de Estados Unidos y Corea del Sur.

En el Salón Oval, Lee evitó las confrontaciones teatrales que dominaron la visita en febrero del presidente ucraniano Volodímir Zelenski y la aparición en mayo del líder sudafricano Cyril Ramaphosa.

Lee habló de golf y elogió la decoración interior y la labor pacificadora del presidente republicano. También animó a Trump a entablar relaciones con Corea del Norte.

“Espero que pueda traer la paz a la península de Corea, la única nación dividida del mundo, para que pueda reunirse con Kim Jong Un, construir un Trump World (complejo inmobiliario) en Corea del Norte para que yo pueda jugar al golf allí, y para que pueda desempeñar verdaderamente un papel como pacificador histórico mundial”, dijo Lee, hablando en coreano.

La economía surcoreana depende en gran medida de Estados Unidos, que garantiza su seguridad con tropas y disuasión nuclear. Lee quiere trazar un camino equilibrado de cooperación con Washington, evitando al mismo tiempo enemistarse con China, su principal socio comercial.

Corea del Sur es desde hace tiempo objeto de críticas selectivas por parte de Trump, que la ha calificado de “máquina de hacer dinero” que se aprovecha de la protección militar estadounidense.

Tras reunirse con Lee, Trump dijo a periodistas: “Creo que hemos llegado a un acuerdo” sobre el comercio.

“Tenían algunos problemas con él, pero nos mantuvimos firmes (…) Van a cumplir el acuerdo que aceptaron”.

No dio más detalles y la Casa Blanca no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.

Trump dijo mientras estaba sentado con Lee que plantearía la “inteligencia” que había recibido sobre las investigaciones surcoreanas que, según él, tenían como objetivo iglesias y una base militar. La Casa Blanca no respondió a una solicitud de más información

Las quejas de Trump parecen coincidir con las presentadas por el movimiento de extrema derecha de Corea del Sur, especialmente los cristianos evangélicos y los partidarios del expresidenre Yoon Suk Yeol, que está siendo juzgado por incitación a la insurrección.

Los partidarios de Yoon consideran que el expresidente es objeto de una persecución comunista y han presentado denuncias infundadas de manipulación electoral en los comicios que llevaron a Lee al poder en junio.

(Reporte de David Brunnstrom, Idrees Ali, Steve Holland y Trevor Hunnicutt en Washington y Josh Smith, Hyun Joo Jin, Ju-min Park y Jack Kim en Seúl; escrito por Josh Smith y Trevor Hunnicutt; editado en español por Irene Martínez, Carlos Serrano y Javier Leira)

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