En la Cisjordania bajo ocupación israelí, los grifos palestinos se secan

Por Ali Sawafta y Nuha Sharaf

JERUSALÉN/KAFR MALIK, Cisjordania, 1 sep (Reuters) -Los palestinos del territorio bajo ocupación israelí de Cisjordania se enfrentan a una grave escasez de agua, provocada, según ellos, por los crecientes ataques a las escasas fuentes de agua por parte de colonos judíos extremistas.

En las comunidades palestinas de toda Cisjordania, los residentes denuncian una escasez que ha dejado secos los grifos de las casas y sin riego las granjas.

En Ramala, una de las mayores ciudades palestinas de Cisjordania y capital administrativa de la Autoridad Palestina, los residentes que sufren escasez de agua dependen ahora de los grifos públicos.

“Sólo tenemos agua en casa dos veces por semana, así que la gente se ve obligada a venir aquí”, dijo Umm Ziad, mientras llenaba botellas de plástico vacías junto a otros residentes de Ramala.

Naciones Unidas registró 62 incidentes de colonos judíos que destrozaron pozos de agua, tuberías, redes de riego y otras infraestructuras relacionadas con el agua en Cisjordania en los seis primeros meses del año.

El ejército israelí reconoció que había recibido múltiples informaciones de civiles israelíes que habían causado daños intencionados a infraestructuras hídricas, pero que no se había identificado a ningún sospechoso.

Entre los objetivos se encuentran un manantial de agua dulce y una estación de distribución de agua en Ein Samiya, a unos 16 km al noreste de Ramala, que abastece a una veintena de pueblos palestinos cercanos y a algunos barrios de la ciudad.

Los colonos se han apoderado del manantial que muchos palestinos han utilizado durante generaciones para refrescarse en los calurosos meses de verano.

La compañía pública palestina Empresa de Aguas de Jerusalén dijo que la estación de distribución de agua de Ein Samiya se había convertido en blanco frecuente del vandalismo de los colonos.

“La violencia de los colonos ha aumentado drásticamente”, afirma Abdullah Bairait, de 60 años, residente en la cercana Kafr Malik, desde lo alto de una colina con vistas al manantial.

“Entran en las estaciones del manantial, las rompen, quitan las cámaras y cortan el agua durante horas”, dijo.

El manantial de Ein Samiya y el pueblo de Kafr Malik están cada vez más rodeados de asentamientos judíos israelíes. Las Naciones Unidas y la mayoría de los países extranjeros consideran que los asentamientos en Cisjordania son ilegales según el derecho internacional y un obstáculo para la creación de un futuro Estado palestino.

Según la oficina humanitaria de Naciones Unidas, entre el 1 de junio y el 14 de julio los colonos perpetraron múltiples ataques contra manantiales e infraestructuras vitales de agua en las zonas de Ramala, Salfit y Nablús. El manantial de Ein Samiya fue atacado en repetidas ocasiones, según un informe de julio.

Las fuerzas de seguridad israelíes consideran que cualquier daño a las infraestructuras es un asunto grave y están llevando a cabo acciones encubiertas y manifiestas para evitar más daños, dijo el ejército israelí en respuesta a las preguntas de Reuters para este artículo. La Autoridad Palestina del Agua ha recibido autorización para efectuar reparaciones.

Kareem Jubran, director de investigación sobre el terreno del grupo israelí de defensa de los derechos B’Tselem, dijo a Reuters que los colonos se habían hecho con el control de la mayoría de los manantiales naturales de Cisjordania en los últimos años y habían impedido a los palestinos acceder a ellos.

(Información de Ali Sawafta en Ein Samiya y Ramala, Alexander Cornwell en Ein Samiya y Nuha Sharaf en Jerusalén; escrito por Alexander Cornwell; edición de Ros Russell; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)

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