COCHABAMBA, Bolivia, 2 sep (Reuters) -La justicia boliviana condenó el martes a un año de prisión a dos sacerdotes jesuitas españoles por encubrir más de 85 abusos sexuales a menores cometidos hace décadas por el cura Alfonso Pedrajas, conocido como “Padre Pica”.
Se trata de Marcos Recolons, de 81 años, y Ramón Alaix, de 83, acusados en el primer proceso penal en Bolivia contra altos mandos de la Compañía de Jesús por encubrimiento de pederastia, un delito que durante años permaneció oculto bajo la protección institucional.
“Celebramos, porque para nosotros es el inicio: se abrió la puerta para encaminar la justicia tan esperada”, dijo Wilder Flores, Presidente de la Comunidad Boliviana de Sobrevivientes, CBS.
“En su momento hubo muchas denuncias, éramos niños, nos hicieron creer que la justicia la impartía el Provincial de los Jesuitas, así nos manipularon”, agregó.
El caso salió a la luz en 2023, cuando se reveló el diario personal de Pedrajas, el sacerdote jesuita fallecido en 2009, donde reconocía haber abusado de al menos 85 menores entre 1972 y 2000.
Muchos de ellos eran niños y adolescentes indígenas becados en el prestigioso internado Juan XXIII de Cochabamba, bajo el sistema educativo Fe y Alegría.
“Las víctimas han llorado y esperado justicia durante décadas”, declaró Pedro Lima, portavoz de la Comunidad Boliviana de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, horas antes de conocerse la sentencia emitida en una audiencia celebrada en la ciudad de Cochabamba.
De acuerdo con la acusación formal, Recolons y Alaix dirigieron la Compañía de Jesús en Bolivia durante los años en que ocurrieron la mayoría de los abusos.
Ambos tenían conocimiento de las denuncias contra Pedrajas, pero optaron por silenciarlas y no informar a la justicia, lo que permitió que el sacerdote siguiera en contacto con menores sin sanción alguna.
El juez ordenó a los acusados cumplir un año en la cárcel de San Sebastián de Cochabamba, pagar las costas judiciales al estado e indemnizar a las víctimas. El fallo también les exige someterse a tratamiento psicológico.
Además, la fiscalía presentará nuevas causas contra otros sacerdotes nombrados por las víctimas durante el juicio, según el juez.
Lima afirmó tras conocerse las condenas de un año que no son muy severas, pero aun así “dejan en claro que sí asumieron responsabilidad” y calificó el fallo como un momento histórico.
“Queremos que esto siente precedente para que ningún niño o niña en Bolivia sufra abuso sexual”, añadió Lima.
La indignación que provocaron aquellas revelaciones trascendió las fronteras bolivianas y abrió un intenso debate sobre la responsabilidad de la Iglesia Católica en América Latina frente a los abusos cometidos en sus instituciones.
“Este daño al pueblo humilde no puede repetirse nunca más en Bolivia”, advirtió Lima, subrayando que la resolución judicial es un precedente histórico no solo para el país andino, sino para la lucha global contra la impunidad en casos de pederastia clerical.
(Reporte de Daniel Ramos; Con la colaboración de Walter Bianchi;Editado por Lucila Sigal, Eliana Raszewski)