FRÁNCFORT, 3 sep (Reuters) – El Banco Central Europeo y sus pares de todo el mundo deberían juntar sus reservas para obtener liquidez en dólares estadounidenses, en un momento en que la ayuda de la Reserva Federal no puede garantizarse dados los ataques del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el jefe de un influyente grupo de expertos.
Adam Posen, del Instituto Peterson de Economía Internacional, dijo el miércoles en una conferencia del BCE que no se debe dar por sentado que una Fed politizada preste dólares a bancos centrales extranjeros en una crisis, como hizo unas pocas veces desde el colapso financiero de 2007-2008.
Recomendó que el BCE y sus homólogos fuera de Estados Unidos pongan en común sus reservas en dólares para proporcionar liquidez de emergencia a los bancos nacionales en caso de necesidad. Esta opción ha sido planteada por los banqueros centrales europeos a puerta cerrada.
“Se reconozca públicamente o no, tiene que pensarse a corto plazo en una puesta en común alternativa de activos y líneas de intercambio de divisas y dólares entre los principales bancos centrales y Gobiernos”, dijo Posen.
“Habrá que formar equipo con otros bancos centrales, y habrá que empezar a estar abiertos… a tener líneas alternativas”, dijo en la conferencia organizada por la presidenta del BCE, Christine Lagarde.
La Reserva Federal renovó a principios de año las líneas de liquidez con varios de los principales bancos centrales y nunca ha sugerido que vaya a poner fin a estas facilidades.
Los banqueros centrales que discutieron en privado una medida de este tipo en el pasado dijeron que el principal problema era su tamaño.
El mercado de bonos y préstamos en dólares emitidos fuera de Estados Unidos ronda los 25 billones de euros (29 billones de dólares), según datos del Banco de Pagos Internacionales (BPI). Todos los bancos centrales extranjeros juntos tienen unas reservas denominadas en dólares de solo 7 billones de euros.
Esto significa que estas líneas alternativas de cambio solo bastarían para hacer frente a una crisis local, y no mundial, dijo Posen en una conversación posterior al evento.
Esperaba que acuerdos regionales como la Iniciativa Chiang Mai de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y el Fondo Monetario Árabe desempeñaran también un papel más importante.
Los supervisores del BCE también han dicho a los bancos que vigilen su exposición al dólar y a otras divisas extranjeras, por temor a que se retiren las líneas de cambio de la Reserva Federal, mientras que el recrudecimiento de los conflictos económicos puede aumentar la volatilidad de los mercados.
Posen dijo que el BCE debería “pensar en sacar a determinadas instituciones sistémicas de las necesidades de liquidez en dólares a medio y largo plazo”.
El profesor del Instituto Universitario Europeo Thorsten Beck dijo en la conferencia que el BCE también debería abordar el riesgo de que los pagos de la zona euro dependan de los proveedores estadounidenses de tarjetas de crédito Visa y Mastercard.
El BCE está desarrollando un euro digital como alternativa a estas tarjetas y a las monedas denominadas en dólares.
(1 dólar = 0,8542 euros)
(Reportaje de Francesco Canepa y Balazs Koranyi; edición de Emelia Sithole-Matarise)