Por Jeff Mason, Steve Holland y Trevor Hunnicutt
WASHINGTON, 11 sep (Reuters) – Cuando el presidente Donald Trump acudió el jueves al Pentágono para conmemorar los atentados del 11 de septiembre, la ceremonia tuvo lugar en un patio en lugar de en el memorial situado cerca del lateral del edificio donde un avión se estrelló y mató a 184 personas hace 24 años.
Dos responsables estadounidenses dijeron que el cambio a una zona menos expuesta se hizo por precaución tras el asesinato de Charlie Kirk, un prominente aliado de Trump y activista conservador, en un campus universitario en Utah el miércoles.
El endurecimiento de las medidas de seguridad y un ambiente sombrío fueron evidentes mientras la Casa Blanca se tambaleaba por la violenta muerte del joven de 31 años a quien Trump atribuye el mérito de haber ayudado a reunir a los votantes jóvenes para elegirle.
Trump, que sobrevivió a dos intentos de asesinato el año pasado, dijo que concedería a Kirk la Medalla Presidencial de la Libertad a título póstumo. El vicepresidente JD Vance voló a Utah para reunirse con la familia de Kirk y llevar su féretro a Arizona en el Air Force Two.
Sin embargo, Trump y la Casa Blanca no dieron ninguna indicación de que se hubiera acordado una respuesta política específica al asesinato que ha atribuido, sin aportar pruebas, a ” la izquierda radical”.
En un discurso en vídeo desde el Despacho Oval el miércoles, Trump prometió que su Gobierno “encontraría a todos y cada uno de los que contribuyeron a esta atrocidad y a otra violencia política, incluidas las organizaciones que la financian y la apoyan”.
Responsables de la Casa Blanca no quisieron dar detalles sobre lo que eso significaba, pero uno dijo que la intención era clara.
“El autor o autores de este horrible acto pagarán por lo que hicieron. Serán arrestados y llevados ante la justicia”, dijo el responsable. “Y cualquier otro chiflado que se dedique a la violencia política como el trágico asesinato de Charlie tendrá que rendir cuentas con todo el peso de la ley”.
El Gobierno, que a veces toma sus indicaciones en materia de política de leales a MAGA en internet, se enfrentó a una fuerte presión de esos sectores para responder al asesinato de Kirk con algo más que una simple persecución del tirador.
Aunque no se ha detenido a ningún sospechoso ni se ha establecido el motivo, figuras como la activista Laura Loomer pidieron el despliegue de nuevas medidas en una “guerra” contra una serie de adversarios ideológicos, desde los medios de comunicación hasta el Partido Demócrata y ciudadanos particulares considerados partidarios de causas izquierdistas.
Varios altos responsables del Gobierno señalaron que una respuesta temprana podría basarse en el uso frecuente de Trump del poder presidencial para atacar a adversarios dentro y fuera del Gobierno.
(Información de Steve Holland, Trevor Hunnicutt, Andrea Shalal, Jarrett Renshaw, Jeff Mason, Phil Stewart e Idrees Ali; edición de Colleen Jenkins y Lincoln Feast; editado en español por Irene Martínez)