Por Sinead Cruise
LONDRES, 8 ene (Reuters) – El subgobernador del Banco de Inglaterra, Sam Woods, dijo que Reino Unido debería evitar participar en una “carrera a la baja” en la regulación financiera, cuando hay preocupación de que Estados Unidos pueda optar por no participar en las reformas diseñadas para fortalecer el sistema bancario mundial.
El vicepresidente de Supervisión de la Reserva Federal de Estados Unidos, Michael Barr, anunció el lunes que renunciaría a su función de regulación, lo que plantea interrogantes sobre cómo el presidente electo Donald Trump podría tratar de remodelar el banco central estadounidense y la supervisión de Wall Street durante su segundo mandato como presidente.
Woods, que dirige el brazo regulador del banco central británico, dijo en una sesión parlamentaria que los nuevos objetivos para apoyar la competitividad y el crecimiento del sector financiero local no se traducirían en una reducción de las normas, y añadió que la resiliencia y la competitividad podrían “ir de la mano”.
“Las crisis financieras en particular son extremadamente caras y muy malas para el crecimiento”, dijo.
Mientras el sistema financiero estadounidense espera una desregulación significativa bajo Trump, los analistas predicen que otras regiones tendrán que seguir su ejemplo para reforzar sus industrias financieras nacionales.
La aplicación mundial de las normas de capital bancario de Basilea III, minuciosamente elaboradas durante más de una década, podría ser la primera en derrapar, según los expertos.
“A medida que el Gobierno Trump debilite las regulaciones o la supervisión bancaria, esto envalentonará a los grupos de presión bancarios europeos y británicos para debilitar Basilea III y otras normas”, dijo a Reuters Mayra Rodríguez Valladares, directora gerente de MRV Associates.
Reino Unido ya ha dicho que ajustará algunas propuestas de Basilea para satisfacer mejor las necesidades de su sistema bancario nacional, en concreto los requisitos de capital para los préstamos a pequeñas empresas, una medida que Woods, del Banco de Inglaterra, dijo que “no es poca cosa”.
(Reporte de Sinead Cruise, Editado en Español por Javier López de Lérida)
