Por Maximilian Heath
BUENOS AIRES, 8 ene (Reuters) -Lluvias a mediados de enero en Argentina traerían alivio a la soja y el maíz en la región agrícola núcleo del exportador global clave de alimentos, donde condiciones secas empiezan a afectar el estado de las plantas, dijo el miércoles el climatólogo la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC).
Eduardo Sierra, analista meteorológico de la BdeC, dijo a Reuters que según sus modelos se esperan precipitaciones de entre 50 y 75 milímetros para entre el 16 y el 22 de enero en la zona donde, por la falta de humedad que se registra desde el mes pasado, se empieza a reportar daños en los cultivos.
“Estas lluvias podrían limitar muchísimo el impacto del clima seco. Permitirían llegar mejor a febrero, cuando veremos cuánto llueve”, señaló el especialista de la Bolsa, que estima el área de soja 2024/25 en 18,4 millones de hectáreas y la del maíz 2024/25 en 6,6 millones de hectáreas.
“Está complicado, está difícil. Hay sobre todo maíces (sembrados al comienzo de la campaña) que están en un estado complejo”, dijo a Reuters Cristian Russo, jefe de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la otra de las dos principales bolsas de comercio de granos de Argentina.
A inicios de mes la BCR había advertido que en muchas partes de la región productora de granos más importante del país las reservas hídricas estaban en niveles críticos luego de un diciembre con lluvias por debajo de lo normales en medio de la vigencia del fenómeno climático La Niña.
La expresión atmosférica de La Niña en Argentina es de una reducción en el nivel de lluvias en sus extensas llanuras pampeanas.
Sin embargo, a diferencia de otras La Niña, como la de tipo intensa de hace dos temporadas que causó históricas pérdidas, la actual es una versión moderada, lo que es un aliciente para los productores locales.
“Esta La Niña no es un episodio fuerte. Va a tener un impacto, pero no se espera una catástrofe”, dijo Sierra, que señaló que se verá el verdadero alcance del fenómeno en febrero, cuando habitualmente retornan las lluvias a los campos argentinos, luego de un enero estacionalmente seco y cálido.
(Reporte de Maximilian Heath;Editado por Lucila Sigal y Jorge Otaola)
